A pesar de que en nuestros días se exalten el emprendimiento, la creatividad y la tenacidad como actitudes no solo deseables para el éxito de un negocio, sino para la vida de los individuos en general, lo cierto es que un alto porcentaje de las empresas fuertes que operan o ha operado en el mercado en una escala considerable han sido más bien núcleos de infraestructura económica que van pasando de mano en mano antes que ideas empresariales brotadas de la espontaneidad de un solo individuo.
Y aunque esté claro que factores como la herencia, las relaciones de parentesco y los contactos pasados de mano en mano a través del tiempo lleguen a ser, en ciertos países y ciertas empresas, decisivos para el futuro de conglomerados enteros, lo cierto es que los dos aspectos que componen este binomio (familia-empresa) no han sido muy estudiados de manera sincrónica, es decir, sintética.
Dicho campo resulta fértil, si se piensa que sus resultados de investigación podrían entroncar áreas del conocimiento humano en un principio disímiles como la etnografía, la historia económica e incluso la sociología. Debido a ello, y a una incipiente vena investigativa que corre en la dirección de esta temática, Araceli Almaraz y Luis Alfonso Ramírez coordinan el presente volumen, Familias empresariales en México. Sucesión generacional y continuidad en el siglo, compilación que aborda en sus numerosos ensayos y desde diversas posiciones epistémicas, la relación familia-empresa a través de un siglo de historia económica mexicana.
Ahora, antes de pasar a la habitual síntesis temática del contenido capitular del volumen, se resaltará que todos ellos se encuentran atravesados e imbricados por la noción (planteada desde el prólogo) de que la unidad familia-empresa constituye un importante objeto de estudios porque conjunta en su tipo de relación social la posesión de varios tipos de capitales que se combinan en un entorno globalizado, dando pie, a su vez, a nuevas maneras en el desarrollo de la estructura empresarial y familiar.
A modo sucinto, los temas y pormenores por los que va pasando la estructura temática del volumen, incluye en sus enfoques aspectos como la relación de semejanzas entre la estructura familiar y de negocios, propuestas teóricas que permitan estudiar en un sentido unitario el binomio familia-empresa; eventualmente, se analizan los casos de familias empresarias específicas, de largas raigambre en regiones como Monterrey, Yucatán, así como las trayectorias generacionales de otras, como los Coppel o los Salinas de Gortari.
Si algo queda demostrado con claridad hacia la conclusión de los ensayos es que, si bien no todas las empresas a nivel global deben su éxito directamente a estar basadas en un núcleo familiar preexistente, este modelo de organización contribuye enormemente a la flexibilidad operativa y organizacional de cualquier posible negocio.
En efecto, por la manera en que los lazos de parentesco y las eventuales ramificaciones en un árbol genealógico, la estructura familiar que actúa como soporte de una empresarial puede alcanzar a cubrir grandes áreas entre regiones comerciales en un principio distanciadas. Esto último desarrollado por algunas familias a tal grado que constituyen auténticos casos de monopolios.
En suma, los diversos autores contribuyen a que el volumen cubra una gran cantidad de vertientes por las cuales desemboca el tema de la familia empresarial mexicana, y se perfila, de cara al futuro, como un modelo que puede permitir mejoras de adaptación al contexto económico global, la diversificación de las empresas (escindiéndose de la clásica estructura de una empresa-madre) y la transición entre modelos económicos y políticos, a fin de sobrevivir en el largo tiempo y amplio espacio.
El libro se encuentra disponible a través de: https://libreria.colef.mx/detalle.aspx?id=7654