Constantemente se ha comentado el hecho de que las ciudades (y aun sociedades) del siglo XXI dependen negativamente de los combustibles fósiles para funcionar. Esta condición se agrava para países como México, en los que no existe una cultura ni una infraestructura del transporte público y en la que predomina, en el imaginario colectivo, una ideología cochista que pondera, por encima de todo lo demás, a los automóviles como los verdaderos habitantes urbanos.
Las consecuencias de dichas ideas, sin embargo, manifiestan su fracaso. Tal fue el caso de los sucesos acaecidos, la semana pasada, en la ciudad de Tijuana, en la que se dio un escasez más o menos general de combustible debido a la manifestación de una comunidad vecinal originaria de la colonia Maclovio Rojas, que organizó un plantón de bloqueo frente a una planta de Pemex. Este incidente, señaló el Doctor Rigoberto García, Investigador de El Colef Unidad Matamoros, señala lo nocivo que resulta para las sociedades modernas hacer depender su sistema de movilidad, exclusivamente, en los combustibles fósiles.
Si bien, señaló el académico, la protesta es un legítimo derecho, esta debe realizarse sin perder el sentido de responsabilidad. Esto en relación al hecho de que, debido al desabasto ocasionado por el descontento de esta comunicad de vecinos, fueron miles más los que sufrieron las consecuencias, sea en un nivel escolar, laboral y puramente cotidiano. Este evento, concluyó el doctor, debe ser tomado como una llamada de atención sobre la necesidad de buscar alternativas energéticas, de apostar por una planificación urbana sustentable y de incluir en el diálogo democrático a todos los actores que, en nuestra república, son sujetos de derecho.
Puede consultarse la reflexión completa a través de: https://www.youtube.com/watch?v=ZyFMdjB6ftQ&t=7s