El crimen organizado es central en el surtido de preocupaciones mexicanas. Más allá de suponer un objetivo capital dentro del sistema nacional securitario y de absorber un considerable presupuesto público encaminado a cimentar las estrategias que le planten combate, se encuentra arraigado en el imaginario y la cultura misma de nuestro país, siendo interpretado desde prácticamente todos los medios artísticos y estando presente como íconos a través de los diversos personajes, facciones y sucesos asociados a él que han marcado nuestra historia como nación. Uno de estos personajes, que ha vuelto recientemente al ojo público debido a su captura, es Ismael “El Mayo” Zambada, ahora ex líder del Cártel de Sinaloa
Al respecto, comenta el Dr. Andrés Sumano Rodríguez, Investigador por México del CONAHCYT en la Unidad Matamoros de El Colegio de la Frontera Norte, que ante el nebulismo de las condiciones en las cuales habría producido la captura del capo, se abren tres panoramas igual de plausibles y de diversa talante consecuencial. Uno, que es la que más eco se ha hecho en los medios, es la de la supuesta traición dentro del cártel, ejecutada por parte de los llamados “Chapitos” quienes habrían entregado al máximo líder de su organización criminal.
En el segundo, sin embargo, las dimensiones del conflicto escalan, pues si se descubre que hubieron soldados norteamericanos en territorio mexicano, requeridos para la operación de captura, estaríamos hablando de una violación de la sobernaía territorial mexicana, que supondría un proceso de mayor alcance y complejidad en su resolución. El tercero, más sencillo, correspondería a una entrega pactada por parte del narco a cambio de privilegios o apoyos jurídicos una vez iniciado su proceso penal.
Puede consultarse la reflexión completa a través de: https://www.youtube.com/watch?v=9frispmDsp0&t=55s
