Una sorprendente caída en los encuentros con personas migrantes en situación irregular ha captado la atención en la frontera Arizona-Sonora durante julio y agosto de 2024. Después de un primer trimestre que había mostrado un alarmante aumento del 42 % en comparación con el año anterior, donde se registraron más de 168 mil encuentros, el último bimestre disponible dejó a muchos boquiabiertos al contar apenas 34 mil. Esto representa una caída del 68 %, una cifra que no se veía desde los días más difíciles de la pandemia.
Las razones detrás de este descenso son complejas. Por un lado, las políticas migratorias de la administración Biden han puesto en jaque a muchos que buscan asilo, restringiendo severamente sus opciones para cruzar. Además, la externalización de la frontera, evidenciada por el reciente plan de deportación de Panamá, ha creado un laberinto de obstáculos para quienes sueñan con un futuro mejor. La presión es palpable, y los migrantes sienten que cada vez más puertas se les cierran.
La situación no es solo una cuestión de políticas; el clima también ha jugado un papel crucial. Este verano, las temperaturas en el desierto sonorense han superado los 50 grados centígrados, un calor sofocante que disuade incluso a los más decididos a emprender el viaje. Mientras tanto, Sonora se posiciona como el quinto estado con más detenciones a nivel nacional, sumando más de 15 mil detenciones entre enero y julio de 2024. Este panorama refleja la cruda realidad de aquellos que, a pesar de los desafíos, siguen buscando una oportunidad al otro lado de la frontera.
Puede consultarse la reflexión completa del Dr. José Israel Ibarra González a través de: https://www.youtube.com/watch?v=82Q0zYs53u8