En 1786 se ubica la primer gran revolución industrial con la máquina de vapor de James Watt. La segunda gran revolución data a mediados del siglo XIX con avances tecnológicos tales como el desarrollo de la electricidad y su aplicación a la industria, al transporte y a la vida doméstica. En 1920 se da la tercera gran revolución, que se caracteriza como la época de la aviación y la astronáutica, de igual manera se comenzó a trabajar en el empleo de la energía atómica, la electrónica y la cibernética.
En México y América Latina las grandes transformaciones en la industria han dejado memoria, a través de construcciones y edificaciones, pero también como identidades socioculturales a raíz de las dinámicas que surgieron por el asentamiento de la industria.
En esta edición de El Correo Fronterizo, platicamos con el Dr. Camilo Contreras, Director General Regional Noreste de El Colegio de la Frontera Norte y Coordinador “Congreso Internacional Sobre Patrimonio Industrial. Retos y Prospectivas en las Américas”, quien nos habló sobre la importancia del patrimonio industrial, la importancia de que éste sea preservado así como los retos que enfrenta, y la identidad que se construye alrededor de la industria.
El Correo Fronterizo: ¿Qué debemos entender o a qué se refiere el “patrimonio cultural”?
Dr. Camilo Contreras: El patrimonio industrial es parte del patrimonio cultural en general. Tenemos patrimonio ambiental, de paisajes, artístico y en esas diferentes dimensiones también se ha reconocido el patrimonio industrial. Inició con la disciplina de la Arqueología Industrial y después se fue extendiendo al estudio desde diferentes disciplinas (arquitectura, ingeniería) que se fijaban mucho en los bienes con valor tecnológico (herramientas, naves, hornos, almacenes), posteriormente se fueron sumando otras disciplinas como la historia, antropología, sociología, donde es importante la parte humana.
En ese sentido, el Patrimonio Industrial no solamente es la parte material; dividida en bienes muebles (herramientas, máquinas) e inmuebles (edificios), sino también una dimensión inmaterial que tiene que ver con los conocimientos que tienen los trabajadores; sus estilo de vida en los barrios obreros, los rituales que tienen alrededor de la cuestión del trabajo, la memoria obrera, y una dimensión muy interesante que es la representación artística inspirada en la actividad industrial (artes plásticas, escénicas), todo eso es el patrimonio industrial.
El Correo Fronterizo: A nivel mundial hay organismos, como la UNESCO, encargadas de preservar el Patrimonio Industrial ¿México tiene los mecanismos para preservar estos sitios? ¿Cuáles son los retos?
Dr. Camilo Contreras: A nivel internacional existe el Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial, TICCIH por sus siglas en inglés. El TICCIH tiene delegaciones en un gran número de países, incluyendo a México, y tiene encuentros regionales y mundiales.
En México también han surgido otras organizaciones que se preocupan por el Patrimonio Industrial, como es el Comité Mexicano para la Conservación del Patrimonio Industrial. También hay iniciativas de organizaciones locales, que en varios estados de la república han logrado preservar espacios; antiguas estaciones de ferrocarril las han convertido en museos, han reciclado edificios de antiguas textiles. Existe interés pero no es suficiente; no hay recursos suficientes.
Aunque convivimos con esas empresas en el medio urbano y las tenemos en el paisaje aun así no tienen una relevancia para la sociedad o para las instituciones; nuestros recursos se enfocan principalmente a la conservación del patrimonio prehispánico o bien el patrimonio contemporáneo. El Patrimonio Industrial está en desventaja con relación al posicionamiento de otros tipos de patrimonio cultural y es por eso que nos interesa difundir y divulgar, a través de eventos como el que estamos organizando (Congreso Internacional sobre Patrimonio Industrial), la relevancia para la historia local y nacional, así como para la identidad colectiva de quienes trabajaron o vivieron ahí.
El Correo Fronterizo: Anteriormente mencionó el estilo de vida de los trabajadores, en diversos medios se puede leer, escuchar, sobre identidad fronteriza, costera, sureña, pero ¿Se puede, en ese sentido, hablar de una identidad industrial?
Dr. Camilo Contreras: Sí, por supuesto. Existe una cultura obrera y la podemos identificar en algunos casos por sectores económicos. La identidad colectiva de las y los trabajadores del ferrocarril, la minera, la fundición, los textiles. Así como hablamos de una identidad cultural general; en términos de regionalismo de una ciudad, también se puede hablar de las formas de trabajo, técnica, organización sindical, estilos de vida en los barrios, todo eso va formando una diferencia de un grupo con respecto a otro, ahí estamos hablando de que se están formando identidades colectivas alrededor de la actividad obrera y eso también entra como parte del patrimonio industrial que conocemos como patrimonio inmaterial.
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El Dr. Camilo Contreras, es Coordinador del Congreso Internacional sobre Patrimonio Industrial, próximo a realizarse en la Cd. de Monterrey Nuevo León, para más información sobre cómo participar en el Congreso y fechas importantes, visite: https://www.colef.mx/evento/cipi2019/