La palabra demencia, proviene del latín dementia, la cual se forma dos términos de-privativo y mens-razón o inteligencia. Con ambos significados, podría inferirse que una persona con demencia es aquella que está privada de razón o inteligencia. Esto explicaría por qué algunas personas creen que la demencia es sinónimo de locura.
Estrictamente hablando, sí, una persona que padece demencia pierde sus facultades mentales, sin embargo, no es a causa de un trastorno mental o psicopatía, sino que es causada por una enfermedad del cerebro que afecta a otras regiones del mismo y, por ende, afecta a diversas funciones.
En El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), la Dra. Silvia Mejía se ha encargado de investigar este padecimiento, que afecta principalmente a personas de la tercera edad, desde la epidemiología social; consta de tomar conceptos de las ciencias sociales para entender los determinantes sociales que causan esta enfermedad. Además de respaldarse con el Estudio Nacional Sobre Envejecimiento y Salud en México (ENASEM), que realiza la INEGI, con una muestra de quince mil adultos mayores de los treinta y dos estados de la república, mismo que evalúa la cognición de las personas. Los datos que se arrojan a través de esta encuesta es un gran aporte a los estudios sobre envejecimiento en México.
¿QUÉ ES LA DEMENCIA?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la demencia es un síndrome –generalmente de naturaleza crónica o progresiva– caracterizado por el deterioro de la función cognitiva, es decir, la capacidad para procesar el pensamiento (y con afectaciones en la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria); más allá de lo que podría considerarse una consecuencia del envejecimiento normal.
Aunque este padecimiento se presenta generalmente en adultos mayores, la Dra. Mejía señala que los síntomas de la demencia son parecidos a los síntomas que presenta una persona de edad avanzada, sin embargo existen diferencias. Repetir varias veces algo que se acaba de decir, realizar la misma pregunta una y otra vez, confusión respecto a la hora y fecha en la que se vive, así como desorientación geográfica (no saber en qué sitio está, no recordar su dirección), y desconocer a personas cercanas (familiares/amigos), son algunas de las manifestaciones/síntomas de la demencia que repercuten en las actividades cotidianas y en el funcionamiento independiente de la persona.
La especialista señala que es importante considerar que las demencias por una causa genética son de alrededor del 5%; en otros tipos de demencia existen múltiples factores que se asociacian a mayor probabilidad de que aparezca la enfermedad.
TIPOS DE DEMENCIA
La Dra. Mejía explica que la demencia es una enfermedad que afecta distintas partes del cerebro, lo que implica que existan diferentes tipos de demencia. Siendo el más común el alzheimer; 70% de los casos de demencia son diagnosticados bajo esta enfermedad.
Lo anterior coincide a lo presentado por la Alzheimers´s Association, que además señala que la segunda causa más común es la demencia vascular, la cual consiste en una disminución en las habilidades de pensamiento causada por el bloque o reducción del flujo de sangre al cerebro, privando a las células cerebrales del oxígeno y los nutrientes vitales.
Ante esta causa, la especialista de El Colef, señala que enfermedades cardiovasculares como la diabetes, hipertensión, padecimientos cardiacos, son un grupo de enfermedades que incrementan la probabilidad de padecer demencia.
En perspectiva, como se explica en el artículo “Mortalidad por diabetes tipo II en las fronteras de México”: La evolución de la diabetes tipo 2 como causa de muerte en México aumentó en un 97.6.% durante el periodo 1998-2017, lo que representó un crecimiento equivalente de 4.85% por año. (Manzanares, 2019). Ante este panorama, se podría esperar que la tasa de demencia cardiovascular también aumente. De acuerdo a la ENASEM, quienes padecen diabetes tienen casi dos veces más probabilidad de presentar demencia.
Otros tipos de demencia son el Parkinson, cuerpos de Lewy, enfermedad de Huntington, enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, entre otros. Que, como señala la Dra Mejía, a largo plazo llegarán al mismo punto: deterioro de las funciones cognoscitivas de manera global, se pierden habilidades de independencia o autocuidado, que hacen que la persona termine en dependencia de cuidados; no importa cómo se originó la demencia, llegarán al mismo punto. Sin embargo, hay demencias que no tienen origen genético, es por ello que es importante estudiar los factores que guardan relación con este padecimiento.
CÓMO MANTENER UN CEREBRO SANO
Aunque no existe una cura para la demencia, se investiga para conocer de qué manera prevenirla o disminuir su desarrollo. Una alternativa son los medicamentos para tratar el padecimiento, sin embargo, hay otras características sociales que también repercuten.
La Dra. Silvia Mejía expone que en México, características como la baja educación es un factor de riesgo. Si se compara a los adultos mayores que nunca fueron a la escuela con los que estudiaron más de siete años, la probabilidad de tener demencia es aproximadamente 80%. Aunado a esta tendencia, las mujeres tienen una tasa mayor de padecer esta enfermedad, la relación es de 3 a 1, lo cual va relacionado a que asistir a la escuela solía ser algo exclusivo para los hombres.
De igual manera, como se ha dicho anteriormente, las enfermedades crónico degenerativas tienen una relación con el padecimiento.
Las personas que tienen menores niveles de ingresos se ven impactadas por esta tendencia lo que incide en un mayor acceso a un conjunto de productos alimenticios con bajo nivel nutricional y alto nivel calórico, lo que contribuye a factores de riesgo como el sobrepeso y obesidad; condiciones que están vinculadas al desarrollo de la diabetes (Manzanares, 2019). Esto también colocaría en una situación de vulnerabilidad y mayor riesgo a la población de escasos recursos, ya que son más propensos de padecer enfermedades.
Otro elemento para tomar en cuenta es el estado físico de la persona; resulta importante que la persona se mantuviera activa. Realizar ejercicio de manera constante o personas que realizan trabajos no sedentarios, son elementos que protegen a la persona del desarrollo de la demencia. Además, como indica la Dra. Mejía, es muy importante la interacción social, reunirse con la familia, salir con amigos y estar en contacto con otras personas por medio de charlas, opiniones, críticas, ayuda a mantenerse activos cognoscitivamente.
Como se ha dicho, existen condiciones que se asocian a un envejecimiento sano y que deben promoverse: buena alimentación, ejercicio físico, estimulación intelectual e interacción social.
Tal como señala la Dra. Silvia Mejía, a través de los datos arrojados por la ENASEM 2015, también se recomienda asegurar el acceso a la educación a la población en general, facilitar y mejorar las herramientas de diagnóstico, reducir la exposición a la contaminación, mantener la estimulación sensorial de las y los adultos mayores a través del uso de lentes y audífonos; además de la necesidad de diseñar programas sociales que promuevan la salud mental.
Las causas y efectos mencionados se acumulan durante el curso de la vida y se manifiestan durante la vejez, por lo cual es necesario que la prevención sea un camino que debe iniciarse de forma temprana.
Bibliografía:
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El Colegio de la Frontera Norte. (2019). Cambios en la prevalencia de demencia en México: Una visión desde los factores de riesgo y posibles factores protectores [Video]. Retrieved from https://www.colef.mx/evento/cambios-en-la-prevalencia-de-demencia-en-mexico-una-vision-desde-los-factores-de-riesgo-y-posibles-factores-protectores/
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Organización Mundial de la Salud. (2019). Demencia. Retrieved 29 September 2019, from https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/dementia?fbclid=IwAR3FpY5EXzjEG3sACUGCOP-4qodd3KlY58nJH4GdLm6swo3VcOmkN_EICbg