Escrito por Noé Arón Fuentes Flores, Alejandro Brugués Rodríguez y Gabriel Enrique González König, este artículo plantea que según estadísticas tradicionales de comercio exterior, el TLCAN ha sido consistente con una balanza comercial superavitaria para México con respecto a EE. UU. Sin embargo, usando una tabla insumo-producto bilateral que permite computar el valor agregado, y no el valor bruto de las exportaciones, se modifica el saldo entre estos dos socios comerciales. El flujo de valor agregado en las exportaciones de México a EE. UU. alcanza los 164.4 millardos de dólares, mientras que el contenido de EE. UU. a México es de 188.7 millardos de dólares. En la desagregación del valor agregado contenido en las exportaciones destaca la gran diferencia entre los componentes doméstico y extranjero, pues mientras que para EE. UU. el componente extranjero alcanza los 2.5 millardos, para México es de 50.2 millardos de dólares, que es más de 20 veces el monto que representa el mismo para los EE. UU. Una conclusión que se deriva directamente de este último aspecto es que durante el TLCAN una parte importante de los ingresos por exportaciones mexicanas se destinó a remunerar factores productivos empleados en los EE. UU. Otra es que cualquier modificación del TLCAN que imponga un aumento del contenido extranjero a México, implicará un menor ingreso de divisas netas por cada dólar exportado. Consecuentemente, el comercio exterior tendrá un menor efecto multiplicador sobre la actividad doméstica mexicana debido que el mayor impulso de las exportaciones bilaterales recaerá indirectamente en EE. UU.
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