Involucrar varios sectores de la sociedad es hoy más que nunca indispensable para estimular y conseguir el desarrollo social en cualquier comunidad. Lejos de comprender tan sólo una cuestión de gobierno, para llevarse a cabo, el desarrollo social requiere de múltiples actores. En Ciudad Juárez, un proyecto de investigación promovido por la Fundación del Empresario Chihuahuense (FECHAC) y El Colegio de la Frontera Norte (El Colef) se interesa por poner en práctica un modelo que conlleve a una mejora en la calidad de vida de los habitantes de la región. El Modelo Integral de Desarrollo Social (en acrónimo, MIDAS) involucra a una variedad de sectores y actores con dicha intención.
En la actualidad, la colonia Campestre-Virreyes, en Ciudad Juárez, fue seleccionada para poner en práctica este modelo de intervención comunitaria. El objetivo final del programa MIDAS es, tal como apunta el Dr. Sergio Peña Medina, adscrito al Departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente de El Colef y coordinador del proyecto: “generar capacidades en la ciudadanía, las cuales les permitan generar conocimientos, liderazgos, un empoderamiento comunitario”. En ese sentido, la intención es que la colonia a la cual se interviene pueda convertirse en autogestora de su propio desarrollo: “Que ellos se conviertan en actores activos, autogestores, que tomen en sus propias manos una parte importante de su propio desarrollo social”.
El programa MIDAS es un proyecto piloto en donde participan distintos actores, para interpretar con una perspectiva más amplia los aprendizajes y observar detenidamente su eficacia. Para lograrlo se estructura en cuatro etapas que buscan cubrir el proceso. La primera, denominada la “pre-etapa” consiste en identificar una zona o colonia, que tenga necesidades de infraestructura, sin ser una comunidad con carencias extremas. Dentro de las especificidades, se buscan zonas que sí carecen de algunos indicadores de desarrollo social, pero son capaces de convertirse con un poco de ayuda en autogestoras.
La segunda etapa es un diagnóstico apoyado en una variedad de instrumentos. De la mano del diagnóstico “Territorio-Comunidad”, se identifican, junto con la comunidad, cuáles son los principales problemas de equipamiento. Una segunda encuesta se realiza a familias e individuos para conocer sus características sociodemográficas, y otros problemas individuales que enfrentan. Posteriormente, los datos arrojados se validan a través de un diálogo deliberativo dentro de la comunidad.
“Acciones y proyectos” es el nombre de la tercera fase del proyecto. En esta etapa, con base en los diagnósticos y demás instrumentos desplegados, más los diálogos que se ofertan por todos los participantes, se identifican proyectos para llevarse a la práctica. Es desde la problematización y la resolución de elementos en el entorno que es posible encauzar la mejoría en los espacios, transformándolos.
Finalmente, la cuarta etapa, conocida como “etapa de salida”, constituye el proceso de evaluación de los proyectos, con intención de definir si han funcionado o no, pero al mismo tiempo, en esta etapa es posible enfocar y generar liderazgos, capacidades y sobre todo es un espacio para proveer de herramientas conceptuales y de trabajo para líderes comunitarios, con la intención de que se conviertan en autogestores o gestores de proyectos de desarrollo social.
Al momento, el proyecto MIDAS se encuentra en la etapa tres, “de acciones y proyectos”, logrando identificar cuatro iniciativas en la cartera de proyectos para la colonia Campestre-Virreyes, en Ciudad Juárez: la construcción de un invernadero; la propuesta de un centro comunitario; un proyecto de salud comunitaria y un parque lineal. Estos cuatro proyectos están siendo desarrollados a través de ideas y croquis para que posteriormente pueden implementarse en el campo.
Sin embargo, como consecuencia de la pandemia de COVID-19, se han suspendido todo tipo de reuniones masivas, razón por la que se ha detenido la planeación participativa en MIDAS, la cual requiere de la colaboración entre la comunidad y los expertos.
Así pues, manteniendo la distancia social, el reto es implementar nuevas formas de participación a través de plataformas digitales. No obstante, la implementación y la réplica de este modelo en otros sectores, de esta y otras ciudades, se ha comprobado que permitirá la obtención de resultados y de capacidades, precisamente y pese a la pandemia.
