Los migrantes que se dirigen a otro país y las personas que solicitan asilo suelen ser ignorados en la política sanitaria. Durante la pandemia de COVID-19, mientras los procesos de inmigración y asilo se paralizaban, miles de personas quedaron varadas en la frontera norte de México. Con una atención sanitaria limitada y unas condiciones de vida a veces abarrotadas e insalubres, COVID supuso un riesgo importante.
Cómo la respuesta de México a COVID-19 tuvo en cuenta las necesidades particulares de los migrantes en tránsito y los solicitantes de asilo es el tema del episodio de hoy de Una Podisea de la Salud.
Ietza Bojorquez-Chapela, de El Colegio de la Frontera Norte, y César Infante, del Instituto Nacional de Salud Pública, se reúnen con Alan Weil, redactor jefe de Health Affairs, para hablar de la investigación que ellos y sus coautores han publicado en el número de julio de 2021 de Health Affairs, un número dedicado a las fronteras, los inmigrantes y la salud.
En el número, los autores examinan los documentos de política sanitaria COVID-19 emitidos por las autoridades federales, estatales y municipales mexicanas. Al explorar estos documentos, elaborados entre enero y septiembre de 2020, descubrieron que solo siete de los 80 documentos disponibles al público mencionaban explícitamente las necesidades de atención sanitaria de los migrantes en tránsito y los solicitantes de asilo.
El podcast se encuentra disponible en: https://www.healthaffairs.org/do/10.1377/hp20210720.665321/full/