Como parte de una serie de desigualdades estructurales inherentes a las sociedades del sur global y sus procesos productivos, se encuentra la de la nula distribución de productos fabricados en México dentro del propio territorio nacional. Esta ausencia distributiva impulsó a una tendencia social que ya había ganado popularidad en Estados Unidos y se está propagando a lo largo de México: la cultura maker, el hazlo tú mismo. El gobierno, ante la urgencia de surtir a su población de medidas sanitarias apropiadas, recurrió al CONACYT para imprimir en ventiladores respiratorios en 3D, Gätsy y Ehecátl 4T. En paralelo, el movimiento Coronavirus_maker_mx comenzó su propia iniciativa de, además de ventiladores, mascarillas. En su artículo, “Respuestas socio-tecnológicas frente a la COVID-19 en México: Spin-offs, repositorios e impresión 3D”, el Dr. Maximino Matus Ruiz analiza los resultados de ambas propuestas.
El autor, a través de este doble ejemplo, explica cómo las transformaciones tecnológicas, impulsadas por las revoluciones industriales, se constituyen fenoménicamente como sucesos socio-técnicos, relaciones dialécticas entre los avances científicos y las necesidades sociales, que despliegan toda una serie de subproductos sociológicos.
Coronavirus_maker_mx
“Frente a la emergencia mundial, a nivel individual y colectivo los makers y sus comunidades mostraron una amplia capacidad para autoorganizarse y coordinar el diseño y la fabricación distribuida de dispositivos capaces de atender o mitigar los efectos de la pandemia; desde caretas de protección hasta ventiladores para surtir oxígeno y spliters para distribuirlo”, de esta manera inicia el Dr. Matus el análisis de los colectivos makers y sus alcances, así como limitaciones, dentro de la pandemia de coronavirus.
Esta iniciativa/movimiento dio inicio a mediados de marzo del 2020 en España y en unos días logró coordinar a más de 16 mil makers con científicos e ingenieros, quienes se organizaron en grupos según sus regiones y capacidades de diseño, producción y distribución.
Un punto importante que destaca el investigador es que, los grupos se organizaron con el objetivo de generar equipo de emergencia y de mayor accesibilidad para regiones más alejadas, es decir, no buscaban suplir los equipos médicos profesionales. Así mismo, la importancia del acceso al conocimiento, a través de códigos abiertos de ventiladores desarrollados por el MIT en 2010, fue un punto importante de partida, que permitió el desarrollo rápido de prototipos y sus subsecuentes mejoras; dejando el código de diseño o de impresión abierto.
Los ventiladores mexicanos
Así mismo, el Dr. Matus profundiza en el desarrollo de los ventiladores Ehécatl 4T y Gätsi. El primero de ellos, desarrollado a partir de un prototipo del código del MIT, anteriormente mencionado. El segundo caso, partió de un prototipo con el que ya contaba la pyme mexicana Dydetec. En ambos casos, se realizaron modificaciones de diseño con el fin de ajustarlo a las necesidades de la pandemia de COVID-19 y a diferentes grupos etarios de la población.
Sin embargo, el hecho que más destaca el investigador es la vinculación que existió de las cuatro hélices (industria, academia, sector público y sociedad civil) para el desarrollo de ambos ventiladores.
Esta vinculación, permitió generar una mayor rapidez en el diseño, contar con los insumos de fabricación, la maquinaria para su fabricación y los procesos posteriores para su aprobación de uso en hospitales, principalmente en aquellos en regiones con mayores necesidades, y no solo de México, sino que la iniciativa ha beneficiado inclusive a otros países de Centroamérica y el Caribe. Esto demuestra el alcance y la efectividad de la cooperación entre hélices y la importancia del acceso abierto al conocimiento para generar respuestas más rápidas a problemas de coyuntura.
Para concluir, el investigador señala que existen aún complejas relaciones por superar, el autor apela a la compleja existencia de los grupos locales de makers, que a pesar de haber demostrado un amplio conocimiento en la impresión 3D y el uso de diseños subidos a repositorios digitales, se encontraron con procesos burocráticos rígidos.
Por lo cual, el Dr. Matus plantea que, es necesario que desde las acciones gubernamentales se actualice la perspectiva de los sectores de innovación, con el objetivo de identificarlos como un actor clave en la suma de esfuerzos. “En este sentido, son necesarios nuevos arreglos entre las instituciones científicas tradicionales, el gobierno y los makers, que aseguren que las capacidades de estos últimos sean fortalecidas por los primeros, ya que sus desarrollos, aunque en forma de prototipos para la emergencia, si son bien direccionados y arropados por el gobierno, pueden ayudar a salvar vidas y tienen mucho que aportar para el desarrollo de tecnología nacional basada en la ciencia abierta” concluye el investigador.
El artículo se encuentra disponible en: https://erevistas.uacj.mx/ojs/index.php/noesis/article/view/4239/5770
Texto escrito por Ricardo Guerrero y Carlos Martínez