En 1965, Rubén Gámez filmó una película experimental a la que tituló: La fórmula secreta. Este curioso sintagma señalaba, metafóricamente, un refresco norteamericano que estaba cobrando en aquel entonces una popularidad masiva. Esta bebida era la Coca-Cola, y Gámez la usaba como símbolo de la inyección acultural que representaba la entrada del consumismo y los medios masivos estadounidenses en México, la pérdida de las costumbres y el eterno duelo campo/ciudad. La idea resulta interesante porque se deduce, del consumo masivo de un producto, la identidad de la población mexicana.
Si un director de nuestros días intentara algo parecido al experimento de Gámez, es probable que la cerveza le tomase el relevo al refresco. En efecto, las ventas de cerveza ya superan a las de cualquier marco de refresco a nivel nacional, y la cultura del consumo del alcohol ha minimizado al resto de subculturas de consumo. Asimismo, esta resultaría una idea interesante, ¿qué nos dicen sobre una población los índices de consumo de alcohol, y cómo inciden los comportamientos de dicha población, así como los factores ambientales y externos, en la producción y distribución del alcohol?
A interrogantes así responde el artículo de Gilberto Martínez Sidón, María Eugenia González Ávila, Belem Iliana Vásquez Galán y Salvador Corrales Corrales, Factores económicos y ambientales que determinan la demanda de cerveza en México. A través del enfoque de ciertos parámetros en ambos lados de la dialéctica de consumo (es decir, los consumidores y los productores), se plantea el cómo repercute, por ejemplo, la temperatura de cierta región en el índice de consumo de cerveza, o qué impactos ocasionó el Covid en el esquema de producción y distribución de la misma.
En cuanto a la metodología escogida y ejecutada por los autores, cabe destacar la orientación de los esfuerzos hacia una observación de la elasticidad en el consumo de la cerveza que triangulase los efectos entre el consumo de cerveza, la producción, las variaciones salariales, la temperatura y la pandemia del Covid-19. Más concretamente, fue a través de un modelo de series de tiempo dinámicas con datos estadísticos a seis dígitos de la EMIM del INEGI (2021). Con esta dinámica se buscó medir la elasticidad en la demanda de cerveza a corto y largo plazo, en función del precio e ingreso nacional, y con las variables de temperatura y Covid.
El artículo se encuentra internamente estructurado a partir de una serie de subtítulos que compartimentan los hallazgos y recursos de la investigación. Durante el marco teórico se revisa sucintamente la literatura alrededor del tema, y se define el índice de consumo de cerveza en escala microeconómica; el segundo apartado está orientado al contexto socioeconómico en que se desarrolla la industria cervecera y la demanda de cerveza; el tercero describe la metodología y las adaptaciones necesarias según el caso de estudio; el cuarto se dedica a los resultados obtenido y el quinto concluye globalmente el contenido del artículo.
Las conclusiones, viendo los hallazgos a trasluz, concluyen que, efectivamente, la demanda y el consumo de la cerveza resultan elásticos en relación al ingreso y precio nacionales, que los efectos ambientales y climáticos como las altas temperaturas o el estrés hídrico de alguna región y que el factor preponderante en la variable del consumo es el salarial. Los resultados orientan hacia una expansión en forma de ley pública, consciente de las múltiples incidencias en el consumo del alcohol y que se trata de un problema que debe ser abordado desde múltiples ejes del saber.
El artículo se encuentra disponible a través de: https://regionysociedad.colson.edu.mx/index.php/rys/article/view/1749