Sólo tendrán que evaluar el aliento de los diabéticos en lugar de tomar muestras de sangre.
· No es invasivo y es un método alternativo para el control de la diabetes.
Por Maru Molina
Chihuahua, Chi., a 18 de julio de 2014 (Cimav-Agencia Informativa CONACYT).- En el Centro de Investigación en Materiales Avanzados (Cimav), el doctor Alfredo Márquez Lucero y un grupo multidisciplinario de investigadores están desarrollando un dispositivo médico para medir los niveles de glucosa en sangre a través de olfatos electrónicos. Únicamente con soplar en la boquilla del aparato se obtendrán los resultados.
“Gran parte de las enfermedades provoca cambios químicos en el organismo, y en muchas ocasiones, esos cambios se convierten en emanaciones gaseosas que son específicas según cada padecimiento. El dispositivo médico que estamos desarrollando va a medir esos gases”, informa Alfredo Márquez, quien tiene el doctorado en Ciencias de Materiales con especialidad en macromoléculas.
También existen factores, como ejercicio, estrés, alimentos, problemas, alegrías o tristezas, que cada persona con diabetes los procesa de manera diferente y esto modifica sus niveles de glucosa. Con este dispositivo se podrán medir esos niveles cada hora, definiendo así un perfil personalizado.
El trabajo de investigación cuenta con financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Conacyt, a través del proyecto Desarrollo Científico para Atender Problemas Nacionales. En el proyecto participan también investigadores del Instituto Mexicano del Seguro Social y la Universidad Autónoma de Chihuahua.
Cuando los niveles de glucosa no están bajo control, el cuerpo humano puede producir acetona a través del aliento. La literatura científica especifica que existe correlación entre la glucosa concentrada en la sangre de los diabéticos y la acetona que se produce en su aliento. Por ello es posible medir el grado de la enfermedad a través de un soplido.
La nariz electrónica va a funcionar principalmente a base de compuestos poliméricos (los polímeros son macromoléculas constituidas de muchas unidades llamadas monómeros). La característica más importante de estos polímeros es que cambian sus propiedades eléctricas al entrar en contacto con las sustancias químicas que se van monitorear, en este caso las acetonas y cetonas que contiene el aliento.
El doctor Alfredo Márquez Lucero se ha especializado en el desarrollo de sensores químicos. Lleva más de 10 años investigando acerca de olfatos electrónicos y sus textos científicos le han merecido 500 citas sobre su trabajo de investigación. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores, nivel III.
En el Cimav ya cuentan con un prototipo del olfato electrónico y están por iniciar el modelo comercial. Además, se encuentra en trámite la patente nacional y desean gestionar la internacional. Buscan que el dispositivo médico sea del tamaño de un celular, portátil, que la lectura de los resultados sea fácil, su costo accesible y que se pueda usar las veces que se requiera, de ser necesario cada hora. Los resultados se van a calcular igual que en los glucómetros actuales ya que tendrán la misma escala.
El inicio de la historia
El desarrollo del olfato electrónico comenzó por iniciativa del odontólogo Alfredo Nevares Rascón, quien conocía el trabajo de los sensores químicos que investigan en Cimav. Pero esos sensores los empleaban para detectar gases de fugas de hidrocarburos.
“La idea original de crear un olfato electrónico aplicado a medir los niveles de glucosa en la sangre fue del doctor Alfredo Nevares. Incluso financió el primer prototipo, actualmente nosotros lo estamos perfeccionando”, puntualiza el doctor Alfredo Márquez.
Planean que los olfatos electrónicos sean multifuncionales y cuenten con tecnología que permita enviar por Internet, y a través de señal de celular o radiofrecuencia, los resultados al médico del paciente para que pueda monitorear el estado de salud del diabético. La estrategia global contemplada para este equipo va a estar inscrita en la telemedicina.
“El primer objetivo es desarrollar un dispositivo que mida los niveles de glucosa, pero, más allá, buscamos abrir un área de investigación para poder entender mejor las enfermedades humanas basándonos en el olor”, concluye el doctor Alfredo Márquez Lucero.