Según el Instituto Nacional de Geografía en su censo de 2010, existen en México 112 millones 336 mil 538 habitantes sin estimación, de los cuales hay 10 millones 108 mil 200 habitantes mayores de 60 años. En Baja California para ese mismo año habían 215 mil 854 habitantes mayores de 60 años, lo que representa el 6.9 por ciento de la población total del estado, según estadísticas del Inegi citadas en el estudio Llegar a viejo en la frontera norte: el envejecimiento demográfico en Baja California Norte de la Dra. Elmyra Ibañez, investigadora del Departamento de Estudios de Población de El Colegio de la Frontera Norte.
El estudio publicado en el número julio-diciembre de 2013 de la Revista Frontera Norte hace una comparación sociodemográfica entre los años 2000 y 2010 basado en las estadísticas del Inegi para determinar el crecimiento de la población mayor a 60 años en el estado de Baja California y ver el grueso de la población que se encuentra en los cinco municipios.
Según el trabajo que aquí resumimos, con el acuerdo de la Segunda Asamblea Mundial sobre Envejecimiento de Viena de 1984, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera como sujetos viejos o pertenecientes a la tercera edad a las personas mayores a los 60 años.
En los países desarrollados, señala, existe un consenso en considerar como entrada a la vejez a los 65 años, mientras que en los país en desarrollo la edad es a los 60, esto responde a las consideraciones sobre la esperanza de vida y las mejoras en la salud entre la población.
La migración ha tenido impacto bilateral, en el caso los países receptores, la población joven aumenta y por tanto ésta produce más actividad ya que “el movimiento de personas se da predominantemente en edades productivas pero también reproductivas” y contribuyen al incremento de los infantes; por el contrario, el país de origen envejece, debido a que la población de mayor edad aumenta en relación a la joven debido a la salida de éstos de su país.
El documento también señala que el aporte que da el desplazamiento de la migración a la población de destino es de rejuvenecimiento debido a que los inmigrantes jóvenes se reproducen incrementando la población infantil y su propio grupo de edad, en el caso de los municipios fronterizos como Tijuana, Tecate y Playas de Rosarito, el efecto de envejecimiento demográfico se ha detenido por la inmigración,
En las estadísticas presentadas, para el año 2000 habían 142 mil 348 habitantes mayores de 60 años que representaban el 5.7 por ciento de la población total del estado, que se incrementó para 2010 en 73 mil 506 personas representando el 6.8 por ciento de la población total del estado; en este mismo año los municipios con los índices más altos de adultos mayores fueron Tijuana, con 92 mil 888 adultos mayores, y Mexicali, con 73 mil 750 adultos mayores; le siguen Ensenada con 35 mil 839, Tecate con 7 mil 167, y Playas de Rosarito con 6 mil 210 habitantes.
En cuanto a división por género, hay 114 mil 50 mujeres mayores de 60 contra 101 mil 804 hombres; en la distribución por municipios, en Tijuana hay 49 mil 830 mujeres contra 43 mil 58 hombres, en Mexicali 39 mil 272 mujeres contra 34 mil 478 hombres, en Ensenada 18 mil 383 mujeres contra 17 mil 456 mujeres, en Tecate hay 3 mil 561 mujeres contra 3 mil 606 hombres, y finalmente Playas de Rosarito hay 3 mil 4 mujeres contra 3 mil 206 hombres.
Esto último se explica debido a que son las mujeres las que tienen mayor esperanza de vida, y también a otras variables que pueden impactar en el tipo de envejecimiento demográfico que son el estado conyugal, la escolaridad, la condición de actividad y la derechohabiencia, dice el documento.
En comparación al inicio de siglo, para 2010, “disminuye la proporción de hombres solteros, viudos y divorciados o separados, mientras que se incrementa la de los unidos”; por otro lado, “a pesar de que estar viuda sigue siendo una categoría que concentra a un gran porcentaje de mujeres adultas mayores, la categoría unida aumenta considerablemente respecto de los que se observaba en 2000”. El estudio señala que estas diferencias tienen repercusiones en cómo los adultos mayores pasan los últimos años de su vida, ya que “las mujeres viudas tienden a vivir con sus hijos casados, más que lo que lo hacen los hombres viudos, que viven solos, y esto tiene un impacto en la salud y en la calidad de vida”.
El estudio también analiza el nivel de escolaridad de este sector de la población: en 2000 el 25.4 por ciento de este sector se encontraba en la categoría sin instrucción; para 2010 la proporción disminuye y aumenta la población mayor a 60 con nivel de escolaridad media básica, “Playas de Rosarito, Tijuana y Ensenada concentran la mayor proporción de adultos mayores en la categoría superior, y Tecate se distingue por ser el municipio que menor proporción tiene de los que se encuentra sin instrucción”. Esto se debe al mayor acceso de las capas jóvenes de la sociedad al sistema educativo y la inmigración juega parte, ya que se reciben migrantes con mayor nivel de escolaridad.
Además, dentro de la población económicamente activa, en el año 2000 el 29.1 por ciento de los adultos mayores se hallaban trabajando, para 2010 ésta estadística casi no varía para quedarse en 30.3 por ciento siendo los hombres los que cuentan con mayor participación con un 45.7 por ciento de los hombres mayores de 60 que trabajan.
En el caso de la derechohabiencia, “de los mayores de 60 años, 75.35 por ciento cuenta con alguna cobertura de salud; solamente 24.10 por ciento no se encuentra cubierta por alguna institución de seguridad social, porcentaje mayor en el caso de los hombres (27 %) y menor en el de las mujeres
(21 %). llama la atención que cerca de 19 por ciento de los derechohabientes se encuentra dentro del seguro Popular y que esta proporción es similar tanto para hombres como para mujeres en todos los grupos de edad considerados”.
Entre las proyecciones para 2020-2030 se contempla que la inmigración disminuirá notablemente y que la población mayor a 60 años se incrementará bastante respecto a la población joven: “el envejecimiento de la población es una situación sin precedentes y con un impacto social que dejará sentir sus efectos en los próximos años”, dice el documento.
El que las personas mayores a 60 años continúen trabajando a esa edad, es debido a que no tuvieron acceso a una pensión o a derechoabiencia, y esta población se ha convertido en “una prioridad en la planificación estatal y municipal”.