Las muertas de Juárez referencia a la suma de feminicidios y asesinatos de mujeres que se han cometido en el municipio de Ciudad Juárez, Chihuahua, a partir de 1993. El estudio del espacio urbano de dicho municipio es importante para llevar a cabo el análisis de las características del feminicidio. Siendo el patrón espacial determinante, al describirlo y referir sus características, se relaciona a variables económicas, demográficas y de infraestructura urbana.
Una trabajo con dichos componentes fue recopilado por la Dra. Julia Estela Monárrez Fragoso y el Dr. Luis Ernesto Cervera Gómez en el libro «Geografía de la violencia en Ciudad Juárez, Chihuahua», de la cual se desprende esta edición de El Correo Fronterizo y que apela a no olvidar la violencia, y a considerar la vulnerabilidad social de las mujeres.
OMINOSA HISTORIA
Ante el alza creciente e impune de números registrando feminicidios, en 2009, la Corte Interamericana de Derechos Humanos sentenció a México por “no garantizar la seguridad y la vida de las mujeres”. Monárrez y Cervera (2013), identifican que el número comprende a 887 víctimas, registradas desde el 1 de enero de 1993 al 30 de junio de 2010.
El escenario de violencia en contra de la mujer, y su máxima expresión a través del feminicidio, se considera, en este caso, como un fenómeno en dos periodos de tiempo distintos, 1995-1996, y 2008-2010. Durante 1993, y hasta 2015, existen tendencias específicas: agrupación en clusters (datos agrupados), en el caso de las víctimas, y zonas críticas o hotspots bien definidos. Había una conexión tanto con el domicilio como con el escenario en donde se encontró el cuerpo de la víctima.
A partir de 2005, y hasta 2010, según esta investigación confirma, la dispersión en el escenario viene a ser causa de multifactores que complejizan la violencia letal: el flujo de cuerpos que la delincuencia organizada concentra en espacios transfronterizos, como Ciudad Juárez. El recrudecimiento de la violencia resultó en la imposibilidad de espacios seguros para las mujeres, y en la exposición a la misma en espacios urbanos públicos, siendo lotes baldíos y vialidades principales, equivalentes al 80.21 por ciento de los casos, en donde el feminicidio se concretó.
¿QUIÉNES ERAN?
En el caso del perfil sociodemográfico de las víctimas su edad promedio se situó en 26 años. Sin embargo, el rubro más constante es el de las jóvenes de 17 años. La mayoría de las víctimas (19.3%) eran menores de edad y solteras. En cuanto a las víctimas mayores de edad, se desempeñaban como empleadas, obreras de maquiladora, y un porcentaje mayor, el caso de 150 mujeres, fueron estigmatizadas por trabajar en bares, como bailarinas o sexoservidoras. Los casos de las amas de casa (52), las estudiantes (50), y las menores (40) asesinadas durante este periodo de tiempo (1993-2010). Sobre las niñas recién nacidas y hasta los nueve años, se contabilizaron 48 casos (5.3% del total).
Las cifras de casos, aunque sirven de herramienta comparativa, no son sólo material de estadística, pues expresan las condiciones sociodemográficas del terrible fenómeno. El total de víctimas en el espectro de edad de 0 a 19 años ascienden al total de 172, porcentaje mayor liderando la muestra (19.4%) durante los años noventa. Sin embargo, para el 2008 el rango de 20 a 29 años encabezó las estadísticas. Así, hablamos de dos momentos. El asesinato se mantuvo entre 1995 y 1996, y más tarde entre 2008 y 2010.
De igual manera, el trabajo realizado por Monárrez y Cervera, presenta las actividades económicas (ocupaciones extradomésticas); el rubro con mayor incidencia es el de las empleadas con 58 casos (6.5 % del total) ,46 casos de obreras de maquiladoras asesinadas (5.2%), amas de casa (52), estudiantes (50).
¿DE DÓNDE ERAN?
Sobre el lugar de origen de las niñas y mujeres víctimas del feminicidio en Ciudad Juárez, 185 corresponden a originarias de la localidad. Pero varios de los cuerpos encontrados provenían de otras partes de la república como Durango (20), Veracruz (14) y Zacatecas (11). Originarias de Baja California, asesinadas en Ciudad Juárez, se reportaron dos mujeres.
LOS TERRIBLES SUCESOS
El trabajo de investigación profundiza en lo terrible de los asesinatos, incluyendo prácticas de sadismo y tortura. No fue una agresión la que terminó con la vida de estas mujeres sino varias.
En los casos de 449 de las víctimas (50.6% del total de feminicidios durante 1993-2010) se utilizó un arma de fuego, pero fueron encontradas estranguladas a 140 mujeres; algunas más presentaron evidencia de haber sido acuchilladas (122), golpeadas (80), violadas (68), sepultadas (38), atadas (34). La lista continúa. El padecimiento de un odio fecundo en la sociedad, revelado a detalle, muestra cada acto violento como un acto de odio.
El espacio urbano en Ciudad Juárez, como indicador y georreferente del peligro constante hacia las niñas y mujeres, es tratado durante la investigación de Monárrez y Cervera en relación a constantes sitios, que en teoría debieran prevalecer seguros: el espacio público, el espacio privado, el espacio despoblado.
Sobre el espacio público, un acto evidente de manifestación cruel es la exposición del cadáver al resto de la comunidad. El libre tránsito en vialidades o banquetas es una acción social de bienestar. Sin embargo, estos fueron los lugares frecuentes en donde los asesinos abandonaron los cuerpos. Para las mujeres estos sitios nunca han significado seguridad, pues el 37% de los asesinatos ocurrió en lugares abiertos, como los son negocios, parques, bares o patios de iglesias. También se encontraron cuerpos en vehículos detenidos o en movimiento.
El caso de confinamientos, espacios cerrados o interiores, son estos los espacios privados en donde también fueron encontradas asesinadas a tantas mujeres. Ocurrieron en su propio domicilio, un espacio íntimo al que el acceso se restringe a personas de confianza. También los centros de rehabilitación, prisiones y habitaciones en renta para llevar a cabo actos íntimos, entre otros, son sitios de incrementable peligro. Cadáveres encontrados en espacios privados, corresponden a 241 mujeres (27.2 por ciento del total de víctimas).
Aún hay otro espacio más, pocas veces antes tan marcado por el filo del feminicidio. Los espacios o lugares despoblados o deshabitados, por ser sitios de soledad o aislamiento, son aprovechados para violentar contra los cuerpos femeninos. En ellos, “los victimarios aprovechan la soledad para llevar a cabo el asesinato o deshacerse del cuerpo” (2015). 25.5% del total de las víctimas han sido encontrados en este espacio. “Cuerpos dejados dentros de un tambo con cemento o ácido, canales de irrigación, presas, diques, basureros, banco de materiales o edificios abandonados”.
¡QUÉ NO SE OLVIDEN!
El trabajo aquí expuesto no solo arroja datos sobre uno de los hechos más terribles en la historia de México, sino que, además es un recordatorio de que las instituciones no realizaron su labor de la manera correcta, porque aunque existen programas y protocolos éstos no se aplicaron; por su parte la ciudadanía se mantuvo indiferente ante estos sucesos.
El pasado 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En nuestro país 9 mujeres son asesinadas al día (INEGI) y 43.9% de las mujeres en México ha enfrentado agresiones del esposo o pareja actual, o la última a lo largo de su relación y 53.1% sufrió violencia por parte de algún agresor distinto a la pareja (Animal Político, 2019).
Los feminicidios y la violencia van más allá de Ciudad Juárez, son una realidad nacional que debemos afrontar; en donde ciudadanía, gobierno y academia, se unan para generar herramientas para que no haya ¡Ni una más!
Referencias:
Cervera Gómez, L., & Monárrez Fragoso, J. (2013). Geografía de la violencia en Ciudad Juárez, Chihuahua (1st ed.). México: El Colef.