El transporte en México es una combinación compleja de sistemas públicos y privados que varían significativamente en calidad y accesibilidad según la región. Sin embargo, el país sigue evolucionando y adaptándose a las nuevas generaciones; por ende, enfrenta grandes desafíos en la modernización, eficiencia y accesibilidad de su sistema de transporte. Una transición hacia modelos más sostenibles, como el transporte público eléctrico y el desarrollo de redes de transporte más inclusivas y seguras, sería clave para mejorar la calidad de vida de la población y promover un desarrollo urbano más ordenado y equitativo.
De la mano de Rigoberto García Ochoa, Antonio Suárez, Angélica Valera Aldanay Maveth P. Romero Gamboa, se trata el tema de «Transporte público eléctrico: clave para un México sostenible y socialmente equitativo» en un análisis sobre la movilidad cotidiana en las ciudades y lleva inevitablemente a cuestionar la visión acrítica de los beneficios medioambientales de la electromovilidad. Esencialmente, en las investigaciones científicas que realizaron en países desarrollados, arguyen que la transición hacia la electromovilidad basada en energías renovables es un paso necesario para lograr un balance entre crecimiento económico y urbano, así como para reducir los impactos climáticos locales y globales
Al comenzar el documento, nos muestra una introducción que habla de que, a nivel global, la movilidad eléctrica o electromovilidad es uno de los temas de investigación más actuales y relevantes por tres razones: representa una innovación tecnológica que está transformando la industria automotriz mundial; el consumo energético del sector transporte es una de las principales fuentes no solo de gases de efecto invernadero; y la electromovilidad y la automatización de los vehículos conllevan temas sociales y culturales que requerirán investigarse. Estos cambios tienen el potencial de modificar nuestra relación con el espacio urbano y transformar la práctica de la movilidad personal, familiar y colectiva.
Para centrar el contexto del tema en México, los investigadores tomaron un reencuentro histórico sobre los primeros tranvías que jugaron un papel importante en el desarrollo del transporte público en el siglo XIX y principios del XX en el país. Su introducción marcó un hito en la modernización de las ciudades mexicanas y contribuyó significativamente a la movilidad urbana de la época. Aparte de esto, dentro de las páginas siguientes, se encuentra la comparación de esta modernización de la electromovilidad moderna con el sistema de transporte público con las ciudades de: Shenzhen, conocida como el Silicon Valley de China, con el caso de estudio por ser la primera ciudad del mundo en electrificar por completo su flota de autobuses públicos; Oslo, la capital de Noruega, es una de las ciudades líderes a nivel mundial en la adopción de vehículos eléctricos; y Londres, Reino Unido, con el caso relevante, ya que es una de las ciudades más grandes y congestionadas de Europa. Las experiencias de Shenzhen, Oslo y Londres proporcionan valiosas lecciones que México puede aprovechar para implementar con éxito su política de electromovilidad en el transporte público.
De esta manera, cabe destacar que la electromovilidad no solo tiene el potencial de revolucionar el transporte público, sino que también constituye un paso esencial hacia una transición energética equitativa y sostenible. Sin embargo, por sí sola no resolverá problemas como la accesibilidad, el congestionamiento y los tiempos de traslado, especialmente en zonas urbanas. En palabras de los investigadores, aunque se espera una disminución considerable de las emisiones directas de los vehículos eléctricos, esta transición enfrenta varios desafíos.
El cuaderno de trabajo se encuentra disponible a través del siguiente enlace: https://conahcyt.mx/wp-content/uploads/pronaces/micrositios/energia_y_cambio_climatico/energia/cuadernos_tematicos/Cuaderno_10.pdf