De acuerdo a cifras publicadas por Gobierno del Estado de Baja California,con datos del ciclo escolar 2019-2020 y 2020-2021, respecto a educación básica, a nivel estatal hubo un decrecimiento de -18,407 alumnos. Esto corresponde, porcentualmente, a un -2.65 % del total de estudiantes. Estas cifras resultan alarmantes, y llaman la atención sobre el problema que supone el acceso a la educación, particularmente los sectores marginados de la población.
De acuerdo a la Dra. Eunice Vargas, investigadora del Dpto. de Estudios de Población de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), durante su presentación en Educación para el bienestar social (Sesión 4. Educación para el bienestar social): “la población de 5 a 17 años que es migrante interna e internacional y los indígenas, además de aquellos con ingresos bajos en el hogar, son grupos vulnerables en términos educativos en Baja California, tal como lo indica su alto abandono escolar y rezago en grados. Se requieren acciones específicas para mejorar su inclusión educativa».
Ante este desafío, el gobierno se encuentra en la necesidad de llevar a cabo un proyecto que involucre la construcción de más y mejores escuelas, que cuenten con personal capacitado y accesible para las demografías más vulnerables.
Otro elemento a considerar, según la académica, son las becas, tanto para las áreas marginales como en las que no son consideradas dentro de los llamados programas de bienestar, las zonas urbanas en las que suele pensarse que no existe necesidad ni precariedad. Es una necesidad urgente, pues las carencias y deficiencias de, por ejemplo, los movimientos migratorios, no son planificadas ni se encuentran calendarizadas en relación a los ciclos escolares. Se debe promover la creación de escuelas incluyentes, que entiendan el contexto socioeconómico y cultural qué significa la presencia de cada uno de los alumnos.
Con inclusión, en este caso, la Dra. Vargas se refiere al respecto en las diferencias lingüísticas, culturales y sociales. La inclusión no debe darse en un plano puramente vertical, sino también horizontal, es decir, entre los propios alumnos. Solo así podrá sedimentar una auténtica cultura del respecto a la diversidad y podrá trabajarse desde las bases para incluir a las poblaciones marginadas en las dinámicas locales, sin delegarlas a un segundo plano.
La reflexión de la Dra. Eunice Vargas se encuentra disponible en: https://youtu.be/KGUOmciB3Nw
