A pesar de que la escasez de agua es abordada, a nivel mediático, como un problema de «concientización» respecto de su uso y abuso, se trata de una problemática mucho más compleja, que involucra a las altas esferas del gobierno y de la industria. Es un fenómeno común a casi todas las crisis ambientales, el querer responsabilizar de las mismas al grueso de la población civil, olvidando el gran rol que juegan en ellas los círculos de poder y la autoridad. Debe combatirse, sin embargo, este discurso, no por ninguna inclinación ideológica hacia tal o cual espectro, sino por la proyección de una conciencia crítica sobre estos problemas, que permitan el plantamiento de soluciones realistas pero, sobre todo, efectivas, traducidas en políticas públicas y acuerdos para la defensa de la integridad ambiental de nuestro país.
En ese sentido, el Doctor Vicente Sánchez Mungia, del Departamento de Administración Pública, reflexiona sobre el caso particular del Lago de Pátzcuaro en el estado de Michocán, importante fuente de empleo y de consumo alimentario por su actividad pesquera y turística para las poblaciones originarias, viene sufriendo en fechas recientes debido a la condición climatológica de sequía, presente en gran parte del país. El desarrollo urbano, las aguas negras, el exceso de pesca y, sobre todo, la deforestación y el uso de bioquímicos en parcelas agrícolas también contribuyen al estado de degradación en que se encuentra el cuerpo de agua. El doctor señala que, de ejecutarse el día de hoy un plan de acción para conservarlo, este podría surtir efectos, en el mejor de los casos, dentro de un par de décadas.
Como parte de la responsabilidad, el doctor señala, también, la actividad de deforestación que se ejecuta de manera ilegal pero con la complicidad del gobierno, puesto que este conoce y permite estas prácticas, y aunque en el plano discursivo se ha posicionado como defensor del lago, los programas y planes de acción puestos en marcha no han mostrado resultados satisfactorios. En resumen, argumenta el académico, la explotación de los recursos naturales, la expansión de las zonas urbanas y las condiciones climatológicas imperantes dibujan un panorama desolador para el lago de Pátzcuaro; esto no significa, empero, que haya que dejar de luchar por conservarlo. En palabras del propio doctor: » (…) tal vez, es tarde; pero es peor no hacer nada«.
La reflexión completa del doctor se encuentra disponible a través del canal de YouTube de El Colef: https: https://www.youtube.com/watch?v=b9P65OcWTGA&list=PL6MJBd6DK54EocMwO2rkqJWwHYD00sXBw&index=16