Hace pocos días concluyó el Torneo Apertura 2023 de fútbol mexicano. Y toda la maquinaria que existe a su alrededor, los mecanismos del marketing y la publicidad, las apuestas, el alcohol y las señales de cable, los en vivo, los uniformes que se venden afuera de los estadios, los gritos frente a las pantallas y en las gradas, todo se arrastra en un remolino más o menos ilegible de sensaciones confusas. ¿Cómo pueden veintidós seres humanos corriendo atrás de una pelota levantar tanto alrededor de sí? Desde las edades clásicas de la civilización esto ha sido así, sin embargo, el vulgo se concentra en los estadios para mirar una dialéctica física entre cuerpos, y grita y aplaude y llora y ríe según lo que sucede en la arena.
Pocas veces, sin embargo, se postula aquel encuentro de estrategias y maneras de jugar como una producción activa de significados y significantes. Se suele arrojar, por su cualidad mediática contemporánea, al fondo de los intereses antropológicos y académicos, del lado de los grandes e inflados espectáculos, vacío de toda dignidad textual. Pero las aficiones permanecen ahí, a la espera de una interpretación que sea sólida y creativa, su todo su ruido y su furia.
A dicha llamada responde Guillermo Alonso Meneses, quien amparada en una fresca antropología cultural y posmoderna pretende encauzar la significación del deporte rey en los derroteros de la investigación académica original, flexible, enfocada en lo que él denomina, basado en Susan Sontag, la erótica del arte; el reconocimiento de las experiencias deportivas, artísticas y culturales como procesos de gozo sensorial, mediado por el cuerpo y por los sentidos. De eso trata En busca de la poesía del fútbol: una aproximación a su genealogía, rasgos culturales y sentido. Ya que esta práctica atlética convoca a millares de individuos y de dólares al año en decenas de países alrededor del mundo, merece su lugar como objeto de estudio sociológica.
A través de un trabajo minucioso y enérgico, en el que se repasan ciertas bases de definición conceptual necesarias para un análisis de la gramática y poética del fútbol, sus componentes culturales y cómo estos se engarzan con lo comercial, sus fricciones identitarias, sus antecesores espirituales en distintas partes del globo y de la historia, el autor va encontrando, pieza por pieza, de manera fragmentaria, los versos que componen entre líneas y en ecos el gran poema del balompié.
La conclusión en la que acaba derivando es, cuanto menos, interesante: no existe un único significado profundo del fútbol, no hay una verdad secreta. Existe, más bien, una suerte de estructuras heterodoxas engarzadas en un proceso de producción semiótica, poética. Llama la atención, como ejemplo paradigmático proveniente de la experiencia vital del lector, que en casi cualquier del mundo puede jugarse un partido de fútbol, aunque uno no hable el mismo idioma que sus compañeros o sus contrincantes, constituyéndose en algo así como una lingua franca.
Hacia el término de su texto, el académico se permite incluso ligar al deporte rey con uno de los poemas más bellos escritos en lengua castellana, el Amor constante, más allá de la muerte, de Quevedo, en una novedosa interpretación del soneto barroco, que a base de ligar, simple y llanamente, el movimiento de tantos cuerpos como un acto de amor hacia la vida, tanto si se juega como si se ve, declara su relevancia, su presencia, su esencia poética.
El libro se encuentra disponible a través de: https://libreria.colef.mx/detalle.aspx?id=7422
