Durante las etapas ya pasadas en la historia de los seres humanos, han existido toda clase de estructuras políticas, así como ideologías que justifican y racionalizan dichas estructuras en tanto organizadoras de la libertad humana. En el pasado europeo, por ejemplo, en la monarquía, en cuya etimología se puede rastrear su naturaleza semántica, el poder era omnímodo y recaía en los hombros del rey. Luego, movido el tiempo lejos de ahí, el poder se fue fragmentando, compartimentando y jerarquizando minuciosamente. Finalmente (es decir, en nuestros días), aparece en escena la democracia.
A pesar de haber contado con ciertos embriones en diferentes etapas históricas (la democracia de la polis griega, por ejemplo), la democracia solo se constituyó como un marco jurídico-político que pretende igualar a todos los ciudadanos ante la ley hasta bien entrado el siglo XIX. Para México, la llegada del “gobierno del pueblo” significó una atomización de los poderes en instituciones, cada cual dedicada a una faceta de esa libertad modelada por el estado. Asimismo, la soberanía nacional procrea soberanías estatales y municipales, el mandato se ramifica en aras de un trabajo de cooperación y coordinación. Ahora, unas de las instancias que más se beneficia con dicho método, son la innovación, la ciencia y la tecnología.
En ese sentido, y en el marco de los estados ubicados en la región norteña del país (para el presente caso, Baja California y Nuevo León se constituyen como objeto de estudios para el volumen reseñado) se somete a análisis el llamado ecosistema estatal de innovación, la red de leyes, instituciones y presupuestos destinados al desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación en un nivel estatal. El tema adquiere relevancia debido a que según, los autores, el índice de competitividad, así como el nivel general de vida se pueden ver exponencialmente aumentados gracias a las labores de innovación tecnológica y científica en las escalas regional y estatal.
Para ello, los investigadores participantes diversificaron la variedad de sus métodos, a fin de no concluir, como suele ser usual en el análisis de los temas relacionados con las CTI, con un interpretación en bloque de la situación nacional, incapaz de percibir los matices que aportan al conjunto las instancias estatales. La multiplicidad en las técnicas empleadas contribuye, en ese sentido, a ampliar los límites hermenéuticos del objeto de estudio, y perfilar la silueta precisa de lo que la gobernanza mexicana hace con la ciencia, la tecnología y la innovación.
En cuanto a la estructura del libro, este dosifica su contenido en dos partes que dividen el índice, cada una con sus respectivos 5 capítulos. Cada parte, como es evidente, se encuentra dedicada a uno de los dos estados que se estudian a lo largo del volumen, Baja California y Nuevo León. En cuanto a el carácter de los capítulos en sí, en ellos se definen y analizan aspectos como la estructura económica de los estados, la situación regulatoria en materia de ciencias, tecnologías e información, las dinámicas entre estas últimas tres, las instituciones que las impulsan y el diagnóstico situacional estatal.
A modo de conclusión, cabe destacar que el propósito con el que el libro fue concebido, es el de producir y compartir recomendaciones en materia de políticas públicas con relación a las ciencias, las tecnologías y la innovación a nivel estatal. Es por ello que cada parte concluye, en base a la interpretación de los resultados obtenido, con esas mismas sugerencias y observaciones.
El libro se encuentra disponible a través de: https://libreria.colef.mx/detalle.aspx?id=7734