El Sars-CoV-2 ha impactado en todos los sectores de la sociedad, en la región fronteriza de México los efectos se manifiestan en las transacciones comerciales, las dinámicas económicas y, también en las poblaciones migrantes que se han visto seriamente afectadas, debido a que los trámites de solicitudes de asilo están tomando mayor tiempo en ser revisados por parte de las autoridades migratorias de Estados Unidos, lo que ha ocasionado que el número de migrantes varados en ciudades de la frontera como Tijuana, aumente.
En este sentido, la Dra. Olga Odgers, investigadora del Departamento de Estudios Sociales de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), explica que hay diferentes grupos migrantes atrapados en la región fronteriza de México. Señala que en su mayoría son personas solicitantes de asilo en Estados Unidos, que han visto interrumpido su proceso y como resultado tienen que esperar largos periodos de tiempo en la frontera a que su caso sea resuelto.
Explica que estas poblaciones de migrantes varados están compuestos en su mayoría por personas provenientes de regiones de Centroamérica, el Caribe y, en menor cantidad pero en aumento, de personas provenientes de África.
Aunado a lo anterior, la especialista señala que son los albergues migrantes la principal (y a veces única), instancia que da respuesta a las necesidades de los migrantes pero que ante ante la llegada del COVID-19 estos espacios se han visto impactos y han tenido que modificar sus mecanismos de atención y cuidados con el fin de continuar apoyando a la salud psicosocial de los migrantes.
Plantea que algunos de los retos de los albergues, en lo referente a la atención psicosocial de los migrantes, se da ante el temor, incertidumbre, preocupación e impotencia que pueden llegar a sentir los migrantes por ver frenados sus planes migratorios y sin una certeza de cuándo podrán continuar.
La reflexión completa de la Dra. Olga Odgers se encuentra disponible en: https://youtu.be/-YNDLLmMCWA