En su libro Los cárteles no existen, el académico Owaldo Zavala denuncia la artificiosidad de la «guerra contra el narco», un entramado político-performativo que pretendería, en una sola jugada, justificar al mismo tiempo la existencia del estado y de su supuesta contraparte, el crimen organizado, así de como de su insidioso juego dialéctico, un maniqueísmo político que obnubila y abstrae toda una serie de problemáticas para reducirlas a la narrativa oficial de que, en este país, existe esta oscura y malévola fuerza de narcos que podrían equiparar su poder al del gobierno. La intención de Zavala, no obstante, no es tanto desenmascarar como entender que la máscara es solo una facción más en el rostro del estado, una faceta más de él que debe ser estudiada.
En ese sentido irían orientadas las reflexiones de la Dra. Sayak Valencia, Investigadora del Departamento de Estudios Culturales de El Colef, y su concepto de «Capitalismo gore», neologismo acuñado por ella misma y que pretende, efectivamente, comprobar que el estado funciona no en contra de los grupos delictivos sino a través de ellos; que los grupos criminales justifican y articulan el actuar político del estado y del capital como una máquina que se alimenta de la vida y de la sangre obrera. Lo novedoso de esta propuesta teórica, sería que la Dra. Valencia encamina sus reflexiones hacia el terreno del género y la cultura, la manera en que la violencia del estado y del capitalismo se manifiesta mediante los distintos juegos simbólicos que construyen la cultura, los roles y estereotipos de género, los prejuicios racistas y clasistas, así como al papel que jugarían los medios en esta dinámica, espectacularizando y difundiendo tal violencia a través de los canales masivos de comunicación. Refiere, en suma, la intersección de la violencia y de la productividad, de la productividad por medio de la violencia sobre cuerpos e identidades vulnerables.
Puede consultarse la reflexión completa a través de: https://www.youtube.com/watch?v=j-LdSHJdCtk
