En materia de transporte, los automotores impulsados eléctricamente ganan cada vez más popularidad en el imaginario colectivo como una alternativa viable, sostenible y amigable con el medio ambiente, sobre todo en el sentido de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. A pesar de ello, el Dr. Rigoberto García Ochoa, Investigador de El Colef, Unidad Nogales, señala que esta opción, aunque con ciertas ventajas, resulta todavía insuficiente para atajar el problema de la movilidad urbana de raíz: la accesibilidad, el congestionamiento y los tiempos de traslado siguen dependiendo de algo más que el tipo de energía con la cual funcionen los vehículos. Aunado a otras cuestiones, como la difícil accesibilidad a los automóviles y las leyes demagógicas que privilegian a sectores poblacionales más adinerados en materia de movilidad, el problema tiende a hacerse todavía más complejo.
En ese sentido, el académico menciona la pertinencia de un reciente Cuaderno de trabajo, publicado por el CONAHCYT y la PRONACE-ECC, titulado Transporte público eléctrico: clave para un México sostenible y socialmente equitativo, en el cual, efectivamente, se presentan algunas teorías para ampliar la discusión respecto a la necesaria modernización del transporte público en nuestro país. Debido a ello, el Dr. no descarta el potencial ecológico de la electromovilidad de cara al futuro de la urbanidad en México.
El cuaderno de trabajo se encuentra disponible para su consulta gratuita a través del siguiente enlace: https://conahcyt.mx/wp-content/uploads/pronaces/micrositios/energia_y_cambio_climatico/energia/cuadernos_tematicos/Cuaderno_10.pdf