El imaginario social contemporáneo, a menudo, contempla el tema de la violencia en las relaciones de noviazgo sesgando el enfoque en una demografía temporal y generacional que excluye de las posibilidades de interpretación a otros grupos relevantes. Después de todo, las conductas y dinámicas que se adoptan durante la etapa de madurez tienen sus precedentes en los llamados años de formación, la adolescencia y primera juventud, que para el caso de los niveles educativos, coinciden con la etapa de la secundaria.
Consecuentemente, es durante dicha etapa en la que, a su vez, se constituyen muchos de los valores y sensibilidades que luego serán determinantes en el establecimiento de relaciones interpersonales románticas. Debido a ello, la urgencia de focalizar los esfuerzos académicos e investigativos en este sector poblacional es crucial. A dicha necesidad responde, precisamente, el artículo que firman las autoras mencionados en el título, en dónde se aborda el caso de estudiantes de secundaria en todo el estado de Baja California, y las maneras en que llevan a cabo y piensan sus relaciones de noviazgo en relación al ejercicio y sufrimiento de la violencia.
Tal como lo explicitan las propias investigadoras, Teresa Fernández de Juan, Sárah Eva Martínez Pellégrini, Miriam de Anda Hernández, en su introducción, el objetivo primordial de todo el análisis debe resaltar el cómo los adolescentes de dicha etapa vital y educativa se manifiestan como participantes en una relación romántica, las maneras en que se canalizan emociones: los celos, la desconfianza o la inseguridad, y las tipologías que adquieren dichas canalizaciones según su tipo de naturaleza (violencia sexual, psicológica o física). Además, se enfatiza el conocer de cuánto conocimiento disponen los adolescentes acerca de las maneras en que se materializa la violencia en el noviazgo, las estructuras relacionales que cimenta, etc.
Lo último acaba siendo relevante, pues se identifica el desconocimiento acerca de los mecanismos de la violencia como de las principales causas de que esta exista. Como no se conoce que eso que les ocurre a los adolescentes es, de hecho, violencia, no pueden actuar en consecuencia de ello, por más que puedan sentir que algo va mal. En sentido, las estadísticas arrojan resultados considerables, y la relativamente baja incidencia de los casos de violencia en el noviazgo durante esta etapa las autoras la atribuyen al hecho de que mucho del porcentaje estudiado (el 89%) declaraba no tener ni haber tenido pareja.
En cuanto a los tipos de violencia predominantes identificadas, destacó la presencia de la violencia psicológica, a través del abuso verbal, insultos y humillaciones, del control en la vida de la pareja y de la demostración de celos. Destacó también el hecho de los estudiantes no tenían conocimiento alguno acerca del llamado ciclo de violencia (abuso o violencia, período de disculpa, surgimiento de tensiones).
A la luz de los resultados obtenidos, las autoras realizan un llamado a poner los conocimientos en esta y futuras investigaciones sobre el proyecto de campañas de educación sexual y de violencia en el noviazgo, a fin de evitar que se produzcan de manera prolongada situaciones como las que se identifican con este mismo tipo de estudio pero realizado en el nivel educativo universitario, en el cual se ha observado un alto índice de violencia en el noviazgo.
El artículo se encuentra disponible a través de: https://psicumex.unison.mx/index.php/psicumex/article/view/502
