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Tres décadas después (1993) Estados Unidos fue de nuevo anfitrión de los líderes del Foro de Cooperación Económico Asia Pacifico (APEC) en San Francisco, CA. la semana pasada.
El contexto del Foro se da bajo un progreso tecnológico y económico que implica promover opciones de resiliencia, sostenibilidad, interconexión, innovación e inclusión. El peso económico de la APEC es muy significativo: sus 21 miembros representan 54 por ciento del PIB mundial y 44 por ciento del comercio mundial.
El presidente López Obrador aceptó participar en este Foro, ya que había rechazado participar en Foros previos como la Cumbre de las Américas (junio 2022), el G-20, la Reunión de ODS en Nueva York, en donde pudo haber planteado su propuesta de atender las causas que generan la mayor movilidad humana en la región de América del Norte.
Entre los retos de la agenda con China y Estados Unidos se pueden mencionar los siguientes:
En el corto y mediano plazo no se considera que se reduzcan las cadenas de valor asociadas al tráfico ilegal de precursores químicos y de producción del fentanilo desde China a México y con destino a Estados Unidos. La viabilidad de un cambio dependerá de una eficaz cooperación trilateral y global.
El Grupo de Trabajo México-China sobre Precursores Químicos y Cooperación Antinarcóticos es un avance relevante y del reconocimiento de ambos países del impacto global de los precursores y del fentanilo. Su eficacia dependerá de una mejor cooperación global.
China está interesada en ampliar la cooperación con México en finanzas, construcción de infraestructura, vehículos eléctricos y otras industrias emergentes, en el marco de la iniciativa del Plan Sonora, de explotación de litio y energías renovables, así como el proyecto del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.
China es el segundo socio comercial de México, por detrás de Estados Unidos. Su inversión extranjera directa, representa solo el 0,5% de la que recibe la economía mexicana. Mientras que la del vecino del norte es de 234.000 millones de dólares desde 2006, la proveniente de Pekín es inferior a los 2.500 millones de dólares (El País, 16 noviembre 2023). En el corto plazo será difícil que la inversión china aumente en la economía mexicana por la disminución del crecimiento chino, en cambio la estadounidense seguirá aumentando, considerando los beneficios de la apertura comercial bajo el T-MEC.
El modelo chino puede ser un referente para fortalecer la política de desarrollo local-regional mexicana según los avances de la integración bajo el T-MEC y acorde con sus estrategias: desarrollo e innovación; agenda de crecimiento con base de buenas prácticas; adaptación al cambio climático (baja emisiones de carbono) y el fomento del desarrollo inclusivo según la Agenda 2030. El aporte chino al Plan Sonora es fundamental según estas estrategias.
En cambio, la reunión de los presidentes López Obrador y Biden se contextualiza en el interés estadounidense de lograr una mayor cooperación mexicana en una contención migratoria irregular. A menor cooperación migratoria se ha generado un aumento de la emigración internacional irregular hacia los Estados Unidos. Esto explica que en estos tres años del gobierno del presidente Biden se haya dado la mayor movilidad humana internacional: cerca de cinco millones de encuentros en la frontera estadounidense de enero 2021 a octubre de 2023 (USCBP, octubre 2023).
Al gobierno estadounidense le urge una mayor cooperación migratoria mexicana para contener la emigración irregular y las críticas del partido republicano, que argumentan que existe una crisis en la seguridad fronteriza con México.
Los dos líderes López Obrador y Biden reafirmaron la importancia de una asociación estratégica: seguridad nacional, competitividad económica, el cambio climático, la seguridad ciudadana y la migración. Aunque se mantienen las diferencias en materia de energía y maíz transgénico.
México debe de adaptar las buenas prácticas de desarrollo local que existen en Estados Unidos y al igual que las experiencias de gestión del desarrollo comunitario chino, y sus aportes en materia decadenas de suministro globales, tecnologías de energía limpia y el papel de la micro, pequeña y mediana en esos países. También Brasil, Perú y Chile aportan al crecimiento de estas industrias y pueden ser un referente para México.
A pesar de las oportunidades de cooperación, también existen tensiones y competencia entre estos países. Disputas comerciales, tecnológicas y políticas pueden afectar la estabilidad y la prosperidad en la región. La gestión efectiva de estas tensiones es esencial para evitar impactos negativos en la economía global y trilateral.
Estados Unidos y México comparten el objetivo de hacer de América del Norte la región más dinámica, competitiva y próspera del mundo. El presidente Biden reiteró que nuestros países tienen una oportunidad única para impulsar la creación de buenos empleos y combatir la crisis climática.
En el contexto de la APEC, estos tres países desempeñan un papel fundamental en las dinámicas comerciales y geopolíticas en la región de Asia-Pacífico. La cooperación y las tensiones entre ellos tienen un impacto significativo en el equilibrio de poder, la economía global y las estrategias comerciales y políticas en la región.
Cada país tiene una economía con características y fortalezas únicas: México, con su proximidad geográfica y acuerdos comerciales, ha desarrollado una integración con Estados Unidos. China, por su parte, se destaca como un importante centro de producción y consumo. La complementariedad de estas economías puede generar oportunidades de cooperación en áreas como la cadena de suministro y la innovación tecnológica.
José María Ramos García
El Colegio de la Frontera Norte