En su más reciente edición de febrero de 2024, la casa encuestadora Gallup señalaba que el tema migratorio era percibido como el mayor problema para Estados Unidos entre sus ciudadanos, por encima del desempeño del gobierno, la economía, la inflación e incluso el nivel de criminalidad en el país. Poco más de la mitad de las personas encuestadas consideró que el creciente número de migrantes indocumentados (“illegal immigration”) que ingresaban a Estados Unidos era una amenaza crítica para los intereses estadounidenses. En los 20 años de operación de Gallup, llevando a cabo encuestas mensuales sobre los temas centrales que preocupan a la ciudadanía estadounidense, el tema migratorio no ocupaba el primer lugar en el sondeo desde julio de 2019.
Asimismo, en su edición del 28 de febrero, el periódico Los Angeles Times recogía los datos de otra encuesta elaborada por la Universidad de Monmouth, en la que se confirmaba esta tendencia: 61 por ciento de los entrevistados consideraban el tema de la migración indocumentada como un problema muy serio, en contraste con menos del 50 por ciento en 2015 y 2019. A esto se agrega la percepción de caos y amenaza que representa la frontera con México, por lo que 53 por ciento de los encuestados apoyaba nuevamente la idea de construir un muro entre ambos países, en contraste con el 35 por ciento que llegó a registrarse durante la administración de Donald Trump.
Según diversos analistas, lo que está exacerbando estas percepciones tanto de la migración como de la frontera con México son las campañas presidenciales de este año en Estados Unidos. Las constantes imágenes recreadas por los políticos (especialmente republicanos), los medios de comunicación y las redes sociales han consolidado una narrativa, la política del miedo. Un elemento central de dicha narrativa es la prevalencia del caos y el crimen que los migrantes indocumentados supuestamente introducen en dicho país. Como lo señalaba el coordinador de esta última encuesta, en tiempos del presidente Obama la narrativa dominante era la de la presunta usurpación de empleos en Estados Unidos por parte de estos inmigrantes. En la actualidad, hay claramente una creciente asociación de este grupo con la comisión de crímenes violentos y la amenaza a la sociedad estadounidense, a pesar de que la evidencia muestra lo contrario. La nota de Los Angeles Times refiere a la investigación realizada en 2020 por el propio Departamento de Justicia de Estados Unidos, que mostraba que la comisión de crímenes violentos en el estado de Texas era mucho menor entre migrantes indocumentados que entre la población estadounidense.
Frente a ello, no es de extrañarse que ambos partidos en Estados Unidos hayan endurecido sus posturas durante las últimas semanas con respecto al tema migratorio en general, y sobre la frontera sur en particular, lo cual no parece que vaya a contribuir mucho a la regulación efectiva del proceso migratorio que se dirige a dicho país.
Luis Escala Rabadán
El Colegio de la Frontera Norte
