*Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien escribe. No representa un posicionamiento de El Colegio de la Frontera Norte.*
En las últimas décadas, se han intensificado los esfuerzos de organismos internacionales y nacionales para apoyar a las personas LGBTI+ y promover sus derechos. Quisiera compartir con ustedes algunos avances importantes en este campo. En 2006, durante la Conferencia Internacional sobre los Derechos Humanos LGBTI+ en Montreal, Quebec, Canadá, se adoptó la Declaración de Montreal sobre los Derechos Humanos de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales. Esta declaración fue un hito importante, ya que reconoció y defendió los derechos de la comunidad.
Además, se han desarrollado los principios de Yogyakarta, que también respaldan nuestros derechos y nos brindan una base sólida para exigir igualdad y no discriminación. Estos principios han sido reconocidos tanto a nivel internacional, en el Sistema Internacional de Derechos Humanos, como en el Sistema Americano.
Es alentador saber que las normas internacionales de derechos humanos se basan en el principio de universalidad, establecido en la Declaración Universal de Derechos Humanos. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha respaldado nuestras luchas y ha emitido resoluciones y declaraciones conjuntas sobre la orientación sexual y la identidad de género, presentadas por los Estados Miembros, tanto en la Asamblea General como en el Consejo de Derechos Humanos (CDH).
Estos avances legales y normativos son fundamentales para todos nosotros, seamos miembros o no de la comunidad LGBTI+, ya que brindan protección y reconocimiento a comunidades históricamente vulnerables. Estos adelantos siguen siendo relevantes en la actualidad y continúan influyendo en el diseño y establecimiento de leyes en los diferentes países, incluyendo México.
Uno de los objetivos de este artículo, además de presentar los resultados de la Encuesta, es discutir y celebrar los avances legales significativos que se han logrado en México en la lucha contra la discriminación hacia la comunidad LGBTI+. Es un momento de reflexión y reconocimiento de los pasos que se han dado para promover la igualdad de derechos y erradicar las barreras que nos han afectado durante tanto tiempo.
En primer lugar, cabe destacar el histórico logro del matrimonio igualitario. Hace más de una década, la Ciudad de México se alzó como precursora al legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. Desde entonces, muchas otras entidades en nuestro país han seguido su ejemplo, lo que nos ha permitido acceder al sagrado vínculo del amor y el compromiso en igualdad de condiciones. Romper además con este dogma religioso que limita el matrimonio entre un hombre y una mujer, como si el amor (y los derechos y obligaciones que vienen con él) se limitará a las personas heterosexuales.
Además, no podemos pasar por alto la trascendental Ley de Identidad de Género, que otorga a las personas trans el derecho de solicitar el cambio de nombre y género en sus documentos oficiales. Esta legislación pionera, promulgada en 2014, ha sido un hito importante en nuestro camino hacia la plena autodeterminación y el reconocimiento de nuestra identidad de género.
En el ámbito legal más amplio, contamos con la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, una herramienta esencial que busca erradicar cualquier forma de discriminación, incluida la discriminación por orientación sexual e identidad de género. Esta ley nos brinda protección legal y establece mecanismos para recibir denuncias, una valiosa salvaguardia en nuestra lucha por la igualdad. Asimismo, la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia ha desempeñado un papel fundamental al reconocer y proteger a todas las mujeres, incluyendo a las lesbianas y bisexuales, de la violencia de género. Esta ley garantiza nuestro derecho a vivir libres de violencia y establece medidas para prevenir, atender y sancionar los actos de violencia basados en nuestra orientación sexual.
Martha del Carmen González Reyes. Estudiante de la Maestría en Desarrollo Regional.
El Colegio de la Frontera Norte