Construcción de ciudadanía

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Opinión de Blanca Vázquez Profesora-investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 21 de agosto de 2014

En mayo pasado se dio a conocer el Informe-País Calidad de la Ciudadanía en México, un estudio realizado por El Colegio de México y el IFE, ahora Instituto Nacional Electoral, durante agosto de 2013. El informe es interesante por varios detalles, sin embargo aquí deseo recoger la hipótesis planteada por el estudio, así como la noción de ciudadanía y los retos a que nos enfrentamos los mexicanos para transitar en el proceso de su construcción, hacia un sistema democrático real que hasta hoy solo deseamos.

El estudio perfila una ciudadanía mexicana caracterizada por la desconfianza no sólo hacia autoridades, sino incluso hacia el prójimo; una sociedad desvinculada socialmente, más allá de los vínculos familiares, carente de redes sociales; y por supuesto una ciudadanía desencantada por la democracia mexicana que tanto tiempo ha llevado -y costado- construir. En tal sentido, el trabajo por delante es continuar el tránsito a través de la formación de competencias cívicas y generación de un ambiente y condiciones propicias para el ejercicio de los derechos ciudadanos.

Un punto interesante del reporte es mostrar cómo la noción de ciudadanía ha transitado en función de su posicionamiento frente al Estado. En un principio como Estado garante de la seguridad de la propiedad privada y como contraparte un ciudadano responsable de cumplir la Ley. Sin embargo con una visión más amplia de ciudadanía, la noción actual se basa en el hecho de que los derechos no necesariamente han sido en la práctica universales y además existen diferencias de poder y desigualdades estructurales en la sociedad mexicana -lamentablemente institucionalizadas- que derivan en la búsqueda del “Derecho a tener Derecho”. Es decir, hoy día ciudadanía se entiende como participación y acción, por lo que se establece una relación distinta entre ciudadano y representante político (gobernados y gobernante); una ciudadanía desde abajo -definido así en el reporte- que busca incorporar a los sectores excluidos.

Hoy día ciudadanía se refiere a prácticas sociales de participación no sólo electoral (voto), sino también formas disruptivas, como la protesta o el rechazo, asociadas a la insatisfacción por el sistema político, económico y/o social. Sentimientos y valores que los ciudadanos experimentamos, tal como el sentido de pertenencia y compromiso con la sociedad (bajo); nuestra valoración sobre el sistema de justicia (negativa); y nuestra confianza en las instituciones (poca).Para avanzar en el propósito democrático es necesaria la confianza y cooperación de los ciudadanos y actores. Si además se desea una democracia de calidad es fundamental ciudadanos organizados que sean un contrapeso para el Estado, que denuncien abusos y desvíos, que exijan rendición de cuentas, que propongan soluciones.
Ejercer ciudadanía es también el ejercicio crítico de las ideas; podemos no estar de acuerdo todos, pero debemos respetar la posición del otro.

El Informe-País (www.ine.mx) es un recurso importante para comenzar el diálogo entre los actores políticos, institucionales, sociales, ciudadanos, sobre cómo podemos y debemos contribuir a la construcción de ciudadanía.

* Dra. Blanca Vázquez, investigadora de El Colef Nuevo Laredo.

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