Iniciamos febrero con un Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas [RNPDNO] que cuenta casi 115 mil desaparecidos, desde 1961, en todo el país; claro, con la salvedad de que poco más de cien mil desaparecieron o no se localizaron en los últimos 20 años, lo que muestra que tenemos una gravísima problemática en el siglo XXI.
Una cuarta parte de esas personas han desaparecido en alguno de los seis estados de la frontera norte; Nuevo León y Tamaulipas contabilizan prácticamente el 60 por ciento de esas desapariciones y particularmente Tamaulipas va a la cabeza en lo que parece una competencia contra Jalisco, por alcanzar la histórica cifra de 15 mil personas desaparecidas desde que se inició el registro.
Traigo a colación ese dato porque, en los últimos días, la Estrategia Nacional de Búsqueda Generalizada de Personas ha vuelto a ser parte de las notas del día; esta Estrategia coloquialmente se conoce como el Censo de Desaparecidos de AMLO y fue anunciada por el Presidente de México en su tradicional conferencia matutina, el pasado 9 junio.
En esa ocasión, Andrés Manuel López Obrador –a pregunta expresa de un reportero que abordó las desapariciones en Jalisco– comentó que se estaba levantando “un censo nuevo para tener plena certeza de cuántos desaparecidos hay realmente”, con apoyo de las fiscalías (estatales y de la República), la Subsecretaría de Gobernación y la Secretaría de Seguridad y de Protección Ciudadana.
Hoy sabemos que ese censo está disponible para consulta en la URL: https://busquedageneralizada.gob.mx/ y es el mismo censo que en agosto pasado, a pocos días de la conmemoración del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas (30 de agosto) llevó a la renuncia –irrevocable y con efectos inmediatos– de Karla Quintana Osuna, hasta entonces titular de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas; como ella misma lo expresó meses después, uno de los motivos de su renuncia fue que, a su parecer, la finalidad del censo era reducir la cifra de personas desaparecidas, principalmente en este sexenio.
¿Pero cómo opera la Estrategia? Primero, es un censo en todo el país que realizan los Servidores de la Nación. Segundo, se lleva a cabo por medio de jornadas de búsqueda masiva (casa por casa y vía telefónica). Tercero, parte de cinco premisas, la primera de ellas es “no estamos desapareciendo desaparecidos”. Cuarto, si bien el censo se anunció en junio de 2023, se están considerando registros obtenidos desde septiembre de 2022.
Quinto, el censo requiere de apoyo de la ciudadanía con la finalidad de que proporcione información para 1) confirmar la localización de personas reportadas como desaparecidas, 2) completar información que permita la búsqueda y localización de casos con datos incompletos y 3) reportar casos de personas que continúan desaparecidas y que no se encuentran en las listas.
Sexto, la estrategia confronta registros administrativos (cruce de información entre bases de datos). Y séptimo, la información se desglosa en categorías que pueden ser confusas: localizados, ubicados, registros sin datos suficientes para confirmar la identidad de la persona, registros identificados pero sin indicios para la búsqueda, denuncias confirmadas y duplicados.
¿Qué resultados arroja la Estrategia? Se consideran poco más de ciento diez mil registros, pero más de 36 mil de ellos son registros sin indicios para la búsqueda, otros poco más de 26 mil son registros sin suficiente información para confirmar la identidad y solamente se han localizado poco más de 16 mil registros.
En la localización está la cifra menos alentadora, porque los seis estados de la frontera norte a duras penas representan una quinta parte de los registros localizados y los datos no son proporcionales a las desapariciones.
Esto es, Baja California que en el RNPDNO tiene el menor número de personas desaparecidas de esos estados fronterizos, es el que más localizaciones tiene, pero escasamente sobrepasa las 750; por el contrario, Tamaulipas, que en el RNPDNO cuenta con más de 13 mil desaparecidos y no localizados, en la Estrategia no se han encontrado ni siquiera 500 personas y sus más de 4 mil 200 registros sin indicios para la búsqueda solo confirman que es el estado de la frontera norte con la problemática más grave.
Poco más de 16 mil localizados con la Estrategia Nacional de Búsqueda Generalizada por supuesto que brinda esperanza y vuelve el alma al cuerpo de sus buscadores, pero es evidente que la Estrategia aún no da los resultados deseables en estados con un historial de desapariciones tan alarmante como Tamaulipas.
Aún le restan unos meses a este sexenio, ojalá en ese lapso logremos tener la plena certeza de saber cuántos desaparecidos hay realmente.
Artemisa López León
El Colegio de la Frontera Norte
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