“Invertir en las personas, priorizar la educación”, es el lema bajo el cual la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebrará este 24 de enero el Día Internacional de la Educación. Desde una tribuna internacional, este día se posiciona como una vía para el cumplimiento a los compromisos planteados por el organismo, en el cuarto Objetivo del Desarrollo Sostenible que trata de garantizar una educación inclusiva, equitativa, de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos los seres humanos. Con lo anterior se busca priorizar la educación universal en el desarrollo de los países.
Pareciera un objetivo sencillo, sin embargo, en una sociedad internacional que adolece de servicios básicos y en particular el 8.6% de la población mundial padece hambre, la necesidad de acceder a los servicios de educación pasa a un segundo plano en un contexto además de crisis mundial, recesión económica, crisis climática y diversas desigualdades sociales.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), estima que posterior a la pandemia por covid-19 existen más de 773 millones de jóvenes y adultos analfabetas en el mundo; mientras que 617 millones de niños, niñas y adolescentes no alcanzan niveles mínimos de competencias en habilidades de lectoescritura. Sin dejar de mencionar que en diversos países, la educación es aún negada como derecho humano, y que en las dificultades para acceder a ella también influye el género. Se trata de países con un alto grado de desigualdades sociales, condiciones altas de pobreza, sin acceso a la salud y en muchos casos alto grado de migración motivado por conflictos geopolíticos, por ejemplo: Afganistán, Nigeria, Chad, Sudán del Sur y Etiopía.
Ante este contexto mundial, me parece que el reto está en la capacidad de los gobiernos para diseñar y ejecutar políticas públicas dirigidas a poblaciones vulnerables y marginadas, para distribuir recursos de manera equitativa, justa y garantizar las necesidades básicas de la población y en particular las de educación.
Pero, ¿cuál es la importancia de invertir en educación para las personas? Diversos especialistas en el tema comentan que la educación es un factor importante para comprender el desarrollo de un país, de cualquier territorio y por supuesto de toda persona. Sin acceso a una educación de calidad, inclusiva y equitativa, los países no lograrán alcanzar a romper el círculo tortuoso de pobreza de millones de personas en el mundo, es decir, las herramientas que brinda la educación, van más allá de la formalidad del conocimiento, sino que va del aprendizaje y comprensión de habilidades de lectoescritura. El objetivo directo de la educación no es generar ganancias económicas per se, sino formar recursos humanos que sean capaces de desarrollar habilidades en ciertos aspectos de la cotidianidad para en un momento específico se logre el desarrollo como una sociedad que se cuestiona su papel como individuo, en la toma de decisiones de su país, en la política, en la cultura, en la economía y en la sociedad.
En el caso de México, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación 2023, el Gobierno de México invertirá para este año más de 945 millones de pesos en el sector educativo, lo que representa un aumento del 6.5% con respecto al año 2022. La educación básica aumentó el 22% a comparación del año anterior, sin embargo, el que mayor inversión tiene es el sector superior y media superior con más de 135 mil millones de pesos cada uno. En el presupuesto destaca además un aumento sustancial a los diversos programas educativos como “La Escuela es Nuestra”, con el 87.7% de variación al 2022; “Universidades para el Bienestar Benito Juárez”con el 39.6% y las Becas para el Bienestar en Educación Media Superior con el 5.5% de variación, además de una inversión de más de mil 300 millones de pesos para infraestructura.
Del presupuesto total destinado a la educación en México, el apoyo en su mayoría se va hacia las becas, es decir, existe una inversión a las características estudiantiles de los y las jóvenes inscritos en estos programas con el objetivo de contribuir a la protección del Derecho a la Educación y al desarrollo humano, disminuyendo el nivel de deserción escolar en jóvenes y adultos inscritos en escuelas públicas, al menos esa es la misión del gobierno actual.
Para responder la pregunta inicial: la inversión en educación de la población de un país es el inicio para aprovechar el talento de su gente, es el principio de la libertad y de la procuración de la seguridad; es la exploración de la creatividad, es un pensamiento crítico y la disposición de hacer un cambio en sociedad. Con lo anterior, se permite al ser humano el desarrollo de capacidades con las que podrán acceder a mejores oportunidades, mejores empleos, contribuyendo a la reducción de dificultades sociales. La ONU en este día de celebración pide a los países priorizar la educación como herramienta del desarrollo en búsqueda de paz, de calidad, de una educación inclusiva y equitativa para todos y todas.
Gustavo A. Vázquez Martínez
Estudiante de El Colegio de la Frontera Norte