Desde la Frontera: En caravanas o varados, la migración en tiempos actuales

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Opinión de Blanca Vázquez Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

lunes 5 de noviembre de 2018

Aún no arriba la caravana de migrantes hondureños a la frontera norte mexicana y la prensa ya documenta otros grupos de migrantes centroamericanos en camino rumbo al norte. El New York Time lo describe claramente: “en vez de tratar de moverse sin ser detectados, algunos migrantes sacrificaron la invisibilidad por la seguridad de viajar en grupo”. Pero este hecho no es particular de nuestra realidad como territorio de tránsito para la migración. En Europa, particularmente en las costas del Mar Mediterráneo, han sido testigos el último año de embarcaciones varadas repletas de migrantes provenientes de Marruecos, Libia, Egipto, del África subsahariana y/o del Asia menor, a la espera de que algún miembro de la Unión Europea les permita el ingreso; se sabe que muchos de ellos no se quedan en los países mediterráneos sino que buscan llegar posteriormente a Reino Unido, Alemania, etc., a la Europa del norte.
La migración y los migrantes en movimiento es una realidad histórica de cualquier contexto espacial fronterizo; la criminalización de esos grupos, el discurso incendiario y provocativo contra ellos –hoy políticamente correcto– así como el riesgo e inseguridad padecido por quienes migran son una realidad actual que va en aumento. En los años 80 el diario El País documentó con imágenes la primera muerte de un migrante africano que pretendía llegar a Europa; en 2015 todos vimos la foto de Alan Kurdi, el niño sirio ahogado en las costas de Turquía cuando migró con su familia. En México a la par, durante los años 90, supimos de Vagones de la Muerte, contenedores de ferrocarril que transportaban migrantes no autorizados, quienes murieron asfixiados en su intento de ingresar a Estados Unidos; en 2003 vivimos la misma historia pero ahora dentro de cajas de tráiler; y en tiempos más reciente nos enteramos de los migrantes secuestrados en casas de seguridad de los grupos delictivos. Las historias de muerte y crisis humanitaria son una constante en la migración mundial actual, pero también lo es el debate político entre los Estados –y al interior de éstos– sobre qué hacer y qué esperar en el futuro. De ahí que se le califique como crisis migratoria mundial.

Esta crisis es de tal envergadura que la solución o una alternativa para atender su problemática requieren la participación de todos los países; los de origen, los de tránsito y los países de destino; pero también de la sociedad en general, organismos sociales y gobiernos locales o regionales. Desde el nivel local nos corresponde, como espacio fronterizo de tránsito, actuar con respeto y empatía para quienes tienen derecho de libre tránsito o para quienes están protegidos por convenciones y/o tratados internacionales firmados por el Estado mexicano. No ayuda criminalizarlos, dotarlos de todos los males sociales o crear escenarios de pánico sobre la “invasión” de migrantes en la frontera. Las caravanas o los barcos varados en el Mediterráneo son las formas de hacer un llamado político para que los gobiernos reaccionen a una realidad resultante de una era de apertura y globalización económica, donde la crisis humanitaria es el lado obscuro del modelo.

El próximo diciembre se firmará en Marruecos el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular a partir del cual los países firmantes adquieren una serie de compromisos en materia de Derechos Humanos y gobernanza de la migración –una nueva forma de gestionar los flujos–. Aunque Austria acaba de retirarse y el presidente Trump no quiso firmarlo, este Pacto puede significar un primer paso para dar salida a las problemáticas económicas y sociales que orillan a muchas personas a dejar sus países y aventurarse a travesar, en caravana o en barco, todos los obstáculos para llegar a un mejor destino.

Dra. Blanca Vázquez
El Colegio de la Frontera Norte