Desde la frontera | Impactos ambientales en el río San Rodrigo en Piedras Negras

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Opinión de Jesús Frausto Ortega Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 11 de agosto de 2022

El río San Rodrigo nace en el municipio de Zaragoza, en la serranía del Burro, y recorre 150 kilómetros hasta su desembocadura en el río Bravo en Piedras Negras, Coahuila, antes de cruzar el municipio de Jiménez, Coahuila. La belleza natural del río y de sus aguas prístinas, se han modificado: deforestación en las riberas del río de álamos, nogales, encinos, entre otros; afectaciones a la fauna acuática por la modificación del flujo de agua de su cauce. O impactos en la calidad del agua (contaminación) del río, producto de esas actividades. Entre otras afectaciones ambientales y sociales.

Dos de las actividades antropogénicas que han generado esos impactos en el río San Rodrigo son: a) la construcción en 1990 de la presa La Fragua para el beneficio de la agricultura en esta región y el control de avenidas; b) las actividades de la industria minera mediante la extracción de material pétreo, del cauce y riberas del río, para abastecer a la industria de la construcción en la región. Los impactos de esas dos actividades se dan principalmente en la cuenca baja del río San Rodrigo, desde la presa hasta su desembocadura en el río Bravo.

Las afectaciones no sólo son al entorno natural del río San Rodrigo, también se ha afectado a las poblaciones que se asientan en su cuenca: La Agrícola, El Remolino, en Zaragoza, y El Moral, en Piedras Negras: en el disfrute de los paisajes naturales o de las aguas prístinas del río; en los valores culturales y recreativos asociados al río; o en la disponibilidad de agua de su cauce para satisfacer las necesidades básicas de sus pobladores. En eso último, por ejemplo, la recarga de la noria de donde se abastece la población de El Moral ha disminuido por el agotamiento del agua subterránea ante la excavación del lecho del río (ver https://old.sma.gob.mx/descargas/manuales/6_Importancia_Rio_San%20Rodrigo.pdf).

Las actividades extractivas en el río San Rodrigo llevan más de 30 años. Actualmente hay cinco concesiones (a enero de 2019) que en conjunto pueden extraer 3’894,708 metros cúbicos al año de material, lo que representa 6.6 millones de toneladas al año (http://sil.gobernacion.gob.mx/Archivos/Documentos/2020/10/ con beneficios para la industria extractiva más que para la población. Por su parte, en la construcción de la presa La Fragua se argumentaban beneficios para la agricultura de la región, pero no ha sido así: se menciona que actualmente se riegan 1,200 hectáreas de las 3,600 que se tenían previstas (https://old.sma.gob.mx/descargas/manuales/6_Importancia_Rio_San%20Rodrigo.pdf ), con beneficios principalmente para la Asociación de Usuarios de Agua de la Presa La Fragua.

Ante los impactos físicos y ambientales en el río San Rodrigo, la Asociación Amigos del Río San Rodrigo ha llevado por años los reclamos para que cese la destrucción de ese recurso natural (para más información sobre los impactos en el río San Rodrigo y las actividades de esa asociación ver https://amigosdelriosanrodrigo.org/). Además, se ha declarado una Zona de Restauración y realizado su plan de Manejo del Río San Rodrigo, en su cuenca Baja, por parte del gobierno del Estado de Coahuila, con el propósito de restaurar las zonas afectadas en su cauce y márgenes. Un río que además de su importancia como recurso natural y ambiental y ser una fuente de abasto de agua para la población en la región, es una fuente contemplada en el tratado de Aguas de 1944 entre Estados Unidos y México que asigna de esta fuente el agua correspondiente a un país y  a otro para el beneficio de los dos países.   

Pero tales medidas no han hecho efecto en las autoridades ambientales pues los impactos en el río siguen. Esperemos que prevalezcan el Derecho a Vivir a un Medio Ambiente Sano y El Derecho Humano al Agua, como se estipula en el marco normativo correspondiente, y que este tipo de actividades económicas que afectan a la población y al medio ambiente se revaloren en beneficio de la sociedad y de la naturaleza.

Jesús Frausto Ortega

El Colegio de la Frontera Norte


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