Desde la frontera | Los residuos electrónicos

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Opinión de Jesús Frausto Ortega Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 19 de mayo de 2022

La generación de residuos eléctricos y electrónicos (RAEE) sigue en aumento y las ciudades mexicanas por lo general no tienen infraestructura para su acopio y reciclaje. Si bien es cierto que en algunos casos se crean programas de acopio temporal, o incluso permanente, como el de Nuevo Laredo, que desde 2010 acopia ese tipo de residuos, conjuntamente con los peligrosos.

No obstante la importancia de ese tipo de programas, por lo regular el acopio que se hace de RAEE es mínimo para la cantidad que se pudiera estar generando y/o almacenando en los hogares –u oficinas o negocios, entre otros– de las ciudades. Por ejemplo, en términos generales, en México se recicla el 10 por ciento de los RAEE producidos y el resto va a distintas vías, entre ellas la basura. Se estima que en al país se generan un millón de toneladas métricas de RAEE (Baldé et al., 2017).

A manera de ejemplo de la temporalidad y de la cantidad de RAEE recolectados dependiendo de la edición del programa que se trate y el alcance que tenga en su momento, se puede ver en el Programa Recolectrón, que implementa el Gobierno de Coahuila con el apoyo en este caso de Piedras Negras y de otras instancias. Ya que en la edición de 2022 para esta ciudad se recogieron aproximadamente 5 toneladas, cantidad menor que en ediciones anteriores (https://superchannel12.com/finaliza-este-miercoles-27-la-campana-recolectron-2022/); y en el caso de Nuevo Laredo, por su parte, en 2010, cuando se inicia la recolección de RAEE, se acopiaron 13 mil kilogramos. Y aunque es un programa permanente, hay factores que parecen limitar el acopio y la asistencia de la población al lugar para dejar sus residuos, por lo que recientemente se exhortaba a ésta para que acudiera al centro a depositar sus residuos  (https://www.notigape.com/exhortan-a-usar-el-centro-de-residuos-peligrosos-en-nuevo-laredo-/239276).

Así, depositar los RAEE en la basura municipal, tirarlos en basureros a cielo abierto –clandestinos como se les conoce–, o incluso almacenarlos en nuestros hogares son prácticas de la población en la disposición de esos residuos. Sin embargo, conservar nuestros aparatos que no funcionan en nuestras casas tarde o temprano pueden ir a aquellos destinos. Considerando que los RAEE contienen sustancias peligrosas como plomo, mercurio y otros, esas prácticas pueden generar contaminación ambiental con dichas sustancias, al disponerlos de manera inapropiada en ese tipo de sitios. Aunque los RAEE también contienen otros elementos valorables –y que se pueden recuperar– como oro, plata o cobre, que los hacen atractivos por sus beneficios económicos para los recicladores.

De ahí la importancia que los programas de acopio de residuos sean permanentes y que exista una política de concientización e información, también permanente, para que la población conozca no sólo de su existencia, sino de los efectos que los RAEE generan a la salud y al medio ambiente si no se disponen de manera apropiada. Pero también se deben crear mecanismos para que la población que no pueda llevar sus RAEE a los centros de acopio pueda hacerlo.

Dr. Jesús Frausto Ortega

El Colegio de la Frontera Norte

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