Despertando la curiosidad científica en los niños más pequeños (Parte 1)

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Opinión de Martha del Carmen González Reyes Estudiante de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 1 de junio de 2023

*** Las opiniones expresadas son responsabilidad de quien las emite y no reflejan necesariamente una postura institucional de El Colegio de la Frontera Norte. ***

Es ampliamente conocido que la ubicación de El Colegio de la Frontera Norte A.C. no se encontraba en la carretera Escénica hasta el año 1991, para ese entonces los edificios que conforman la arquitectura de nuestro centro de estudios eran los únicos en esta zona.

La vista privilegiada frente al mar no se encontraba obstruida por construcción alguna y detrás de nosotros se encontraban las colinas llenas de margaritas silvestres. Hoy día, el desarrollo inmobiliario que ha posicionado a Tijuana como la ciudad más cara para rentar y vivir ha pasado factura en el paisaje que nos rodea. 

Por supuesto, la segregación espacial está presente en este desarrollo inmobiliario. Así, a lo largo de pocos años, al paisaje de antaño del mar frente a nosotros le han brotado casas construidas al borde del risco, habitadas mayormente por extranjeros. Y detrás, avanzando no muy lejos por la carretera serpenteante, nos lleva hacia un desarrollo vecinal que en ciertos tramos aún quedan colinas con margaritas silvestres que son poco a poco desplazadas por casas construidas en las posibilidades de cada habitante del lugar.

Así tenemos casas sólidas de cemento, bloc y arena, algunas a medio camino del estilo californiano y estilo tijuanense, otras con bardas de madera, algunas de un piso, otras de dos o tres platas, pero todos con un jardín cuidado esmeradamente, como compensando las bellas flores que fueron desplazadas. 

Las calles sin empedrar, pero libres de tráfico, dan a una zona escolar sumamente cuidada, conformada por una primaria y un jardín de niños. Ese jardín de niños hermosamente decorado con alegres murales, juegos de resbaladillas y columpios se adorna aún más por casi un centenar de niños sumamente educados. 

La vocación y el esmero en la educación de estos niños se nota en la dedicación de sus maestras, la directora del plantel, de sus padres y de la comunidad en general. A este ambiente campo de ferviente cultivo para los incipientes científicos del mañana hemos llegado el día 24 de mayo de 2023 a realizar una actividad lúdica de carácter cualitativa consistente en la realización de un mapa participativo.

Reiterando nuestro papel en la sociedad como personas dedicadas a la ciencia, y como parte de la retribución social que estamos obligados a llevar a cabo, no tanto como solicitud de El Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT) sino como estudiantes que pueden serlo gracias al trabajo de los demás, los estudiantes de la Maestría en Desarrollo Regional (2022-2024) hemos llevado a cabo una serie de actividades vinculadas a nuestra área de estudio, es decir, a través de juegos, recortes y actividades logramos que niño de edad temprana ubicará el espacio donde se desarrolla, territorializara su casa, escuela, la casa de sus amigos, y su lugar en la comunidad.

El cronograma comienza con una presentación tanto de los integrantes que llevamos a cabo la actividad como de los niños participantes, después se les dividió en equipos de acuerdo al icono que por sorteo hayan sacado, para posteriormente charlar sobre los sonidos y objetos que los infantes identificaran cercanos a su casa (árboles, parques, escuela, calles, autos, el mar, colinas) y a través de crayolas y recortes los plasmarán en un mapa. 

La finalidad del ejercicio fue que los niños identificaran su espacio y su territorialidad. Demás está decir que el ejercicio superó nuestras expectativas; los niños son dinámicos, observadores, curiosos de su entorno, no solo ubicaron sus casas y escuela, también las de sus amigos y familiares. También identificaron objetos y personas que anteriormente eran ajenas a la comunidad, como lo son militares y soldados patrullando por las calles. 

El ejercicio se realizó con éxito, quedamos sorprendidos como investigadores de como nuestros sujetos de estudio, tan pequeños, alegres y parlanchines, asocian perfectamente los elementos de su comunidad, y que de un momento a otro nos encontraremos con colegas prestos a la ciencia, que solo requerirán un pequeño empujón de saber que tienen una escuela tan cerca de ellos que se dedica a la ciencia y que pueden formar parte de ella.  La retribución social la hicimos nosotros, pero el beneficio comunitario no lo dieron ellos.

Martha del Carmen González Reyes

Estudiante de la Maestría en Desarrollo Regional. El Colegio de la Frontera Norte

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