La fecundidad es un aspecto fundamental en la dinámica demográfica de un país, debido a que refleja la cantidad de hijos que en promedio tienen las mujeres a lo largo de su vida y permite por tanto proyectar la población total esperada en los años futuros. Para el caso de México, la fecundidad ha experimentado cambios significativos en las últimas décadas, en especial, se ha observado un importante descenso desde la década de los 70, cuando en México se experimentaba una tasa de fecundidad superior a los seis hijos promedio por mujer; desde entonces, la fecundidad ha venido disminuyendo significativamente, hasta alcanzar en el año 2020 un promedio de 2.1 hijos por mujer (es decir, se alcanzó una tasa de fecundidad de reemplazo).
El descenso de la fecundidad en México fue producto de una combinación de factores, entre los que se encuentran un mayor acceso a anticoncepción, mayores y mejores niveles de educación y un importante incremento de la participación de las mujeres en el mercado laboral, al mismo tiempo que un mayor grado de urbanización y la mejora de los niveles de vida contribuyeron también a la disminución paulatina de la fecundidad, ya que las familias que habitan en áreas urbanas a menudo suelen tener acceso a mayores recursos y oportunidades que les permiten planificar sus familias, y por lo tanto elegir el número de hijos que desean tener.
Otro factor no menos importante en la disminución de la fecundidad puede atribuirse a un cambio en las actitudes y valores de la sociedad mexicana. Actualmente, es común que las mujeres se enfoquen en su educación y en el desarrollo de su carrera profesional, dejando rezagado el tener hijos, por lo que cada día resulta más frecuente ver familias pequeñas, lo que permite a las mujeres intentar equilibrar su vida laboral y profesional. La disminución de la fecundidad tiene así implicaciones importantes para la dinámica demográfica del país. En un número creciente de familias comienza a sentirse la ausencia de herman@s y/o tí@s, resultado del descenso de la fecundidad.
Por otro lado, el envejecimiento poblacional es un fenómeno demográfico que hace referencia al aumento de la proporción de adultos mayores en una población, lo que ocurre básicamente por el incremento en la esperanza de vida (es decir, un mayor número de personas envejecen) y por el declive en la natalidad. Así, México se ve enfrentado en la actualidad a la combinación de un importante descenso de su fecundidad y a un creciente envejecimiento de su población lo que evidentemente plantea desafíos significativos para el sistema de salud, para la economía y para la sociedad mexicana.
En términos de salud, la población mayor es más propensa a sufrir enfermedades crónicas y afecciones que requieren cuidados de largo plazo, sin embargo, el envejecimiento poblacional es resultado de un largo proceso de mejoras en el sistema de salud, la calidad de vida y la economía en general, de forma que el proceso de envejecimiento que está experimentando México conlleva importantes transformaciones en su estructura demográfica, así en una creciente proporción de familias se observa una mayor convivencia entre generaciones, donde la figura de los abuelos es cada vez más importante, no obstante, el envejecimiento poblacional es un fenómeno complejo que plantea serios desafíos para el futuro del país.
La interacción entre la evolución de la fecundidad y el envejecimiento en México ha generado efectos significativos en las últimas décadas, y se espera continúe siendo un factor clave para entender la dinámica de las transformaciones demográficas futuras del país, por lo que resulta importante analizar con seriedad las implicaciones de estos cambios a nivel demográfico, económico y social para garantizar un futuro sostenible y próspero para México.
Dr. Gerardo Núñez Medina
El Colegio de la Frontera Norte