El fin de la pausa arancelaria se acerca

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Opinión de Belem Vázquez Galán Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

martes 25 de febrero de 2025

El 3 de marzo se cumple ya un mes del periodo establecido por los presidentes Donald Trump y Claudia Sheinbaum para detener la aplicación de aranceles generales a los productos mexicanos. Desde el inicio de su gestión, Trump ha reiterado la intención de “hacer grande a América otra vez”, por lo que una de las decisiones consistió en aplicar aranceles de 25 por ciento a los productos importados de México y Canadá, y de 10 por ciento a los de China. Esto lo hizo sin respetar los acuerdos de la OMC y del T-MEC que establecen el libre comercio.

Para Trump, el déficit de la cuenta comercial que mantiene ante el mundo es un problema grave que se resuelve cerrando el mercado a las importaciones. Considera a este déficit como un subsidio a los países que le venden productos baratos. En realidad, eso no debería verse como un problema, ya que las importaciones se pueden pagar no solo con el ingreso recibido por exportaciones, sino también con el capital que entra al país a través de la inversión extranjera, es decir, lo que importa es la balanza de pagos. En este sentido se daría cuenta que actualmente Estados Unidos mantiene una balanza superavitaria, lo que implica que el exceso de importaciones fácilmente puede ser financiado con los flujos de capital extranjero que entran al país.

La pregunta ahora es: ¿Qué va a pasar con México cuando venza el plazo el 3 de marzo? Días antes de que entraran en vigor los aranceles, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió que su administración tenía “un plan A, un plan B y un plan C para lo que decida el Gobierno de Estados Unidos”, sin embargo, nunca especificó en qué consistían dichos planes.

La decisión que Sheinbaum tome será fundamental para poder enfrentar los costos que implicará para México la aplicación de aranceles. Lo que podemos decir con claridad es lo que no debe hacer: aplicar tarifas recíprocas a las importaciones estadunidenses. A México no le conviene una guerra comercial ya que, de hacerlo, impactará doblemente a la economía mexicana. Por una parte se reducirán las exportaciones y los ingresos por la menor demanda de productos mexicanos y por el otro aumentarán los precios de los productos importados, generando aumento de costos para las empresas que requieren insumos en las cadenas de producción y para el consumidor final.

La política proteccionista de Trump no castiga a los exportadores mexicanos, castiga a los compradores estadunidenses. Por ello, México no debe responder de la misma forma. Tendrá que mantener las mismas tarifas a las importaciones de productos de Estados Unidos, es decir, tarifa cero. Además, necesita garantizarles a los inversionistas extranjeros que podrán seguir importando insumos sin aumento de aranceles.

En el contexto del comercio internacional, la imposición de aranceles es una herramienta utilizada por los gobiernos para proteger la producción nacional y aumentar sus ingresos. Sin embargo, las guerras comerciales derivadas de estas políticas pueden generar efectos negativos en la economía. Contrario a lo que se podría pensar, los principales afectados por la imposición de aranceles no son las empresas extranjeras, sino los consumidores finales, quienes terminan pagando precios más altos por los productos importados.

Cuando el Gobierno impone aranceles, los costos adicionales que enfrentan los importadores se trasladan directamente a los precios finales de los bienes. Esto significa que los consumidores mexicanos deberan pagar más por los productos que antes podían adquirir a precios más bajos. Un ejemplo claro de esto es la importación de productos básicos como el acero, los granos y ciertos productos electrónicos. Si un arancel del 25 por ciento se aplica a la importación de un insumo necesario para la fabricación de automóviles, el costo de producción aumentará y, en consecuencia, los vehículos producidos en México serán más caros en el mercado internacional.

Además de evitar una guerra comercial, México necesita diversificar los mercados a los que les vende sus productos, esto significa que debe empezar a estrechar relaciones comerciales con países de Asia-Pacífico, por ejemplo, con China. A la fecha no existe un acuerdo de libre comercio con China, a pesar de la importancia mundial que tiene como el principal exportador de manufacturas. México apenas envía 1.5 por ciento del total de sus exportaciones a ese país.

En unos días se terminará la pauta arancelaria, independientemente de lo que ocurra, es evidente que el presidente Trump mantendrá una política proteccionista, por lo cual se espera que mantenga una amenaza constante a los productos mexicanos. Él sabe que las exportaciones son una fuente importante de ingresos para la economía mexicana. Sheinbaum tendrá que realizar lo que muchos gobiernos han pospuesto y esto es diversificar la economía, promover las relaciones comerciales y de inversión con otras naciones.

Este texto fue originalmente publicado en: https://www.milenio.com/opinion/varios-autores/corredor-fronterizo/el-fin-de-la-pausa-arancelaria-se-acerca

Belem Vázquez Galán
El Colegio de la Frontera Norte, Unidad Monterrey


Las opiniones expresadas son responsabilidad de quien las emite y no reflejan necesariamente una postura institucional de El Colegio de la Frontera Norte.

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