El incremento del salario mínimo y su relación con el trabajo infantil

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Opinión de Pedro Paulo Orraca Romano de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 5 de diciembre de 2024

El trabajo infantil constituye un problema crítico en distintos países del mundo, incluido México, que afecta a un gran número de niños, niñas y adolescentes. De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en 2022 aproximadamente 3.7 millones de menores de entre 5 y 17 años se encontraban en situación de trabajo infantil en México, lo que representaba el 13.1% de la población total de este grupo de edad. Asimismo, este fenómeno afecta de manera desproporcionada a los hombres, que componen el 60.2% de los casos de trabajo infantil en el país.

La principal causa del trabajo infantil suele ser la necesidad económica. En los hogares de escasos recursos, los niños, niñas y adolescentes pueden llegar a ser una fuente de ingresos adicionales, ya que la necesidad de complementar el ingreso familiar impulsa a los menores de edad a buscar empleo puesto que su trabajo se considera esencial para la subsistencia del hogar. En el caso de las y los menores que viven en situación de calle o no cuentan con el apoyo económico de sus padres u otras personas, el ingreso derivado de su trabajo puede representar su único medio para subsistir.

En años recientes, se han implementado en México distintos programas y políticas con el propósito de incrementar el nivel de ingresos de las personas más vulnerables, entre los cuales destacan los aumentos del salario mínimo a partir del 1 de enero de 2019. Esto incluye la creación de la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN) a finales de 2018, cuyo propósito fue impulsar el desarrollo económico de la región fronteriza norte del país. Este decreto contemplaba una disminución del Impuesto al Valor Agregado y del Impuesto sobre la Renta en los municipios que constituían la ZLFN e incluía un componente salarial que actualizaba al salario mínimo. De manera específica, en 2018, el salario mínimo en México fue de 88.36 pesos por día; para 2019, en la ZLFN ascendió a 176.72 pesos, equivalente a un aumento de 100 por ciento, mientras que en el resto de los municipios del país se incrementó a 102.68 pesos. Posteriormente, se presentaron de manera anual aumentos al salario mínimo que oscilaron en términos nominales entre 15.0 y 22.0 por ciento.

Por un lado, estudios previos han mostrado que la política de aumentos del salario mínimo ha sido exitosa en incrementar las percepciones salariales de las y los trabajadores de bajos recursos y de sus hogares. Por otro lado, se ha observado que la principal causa del trabajo infantil suele ser la falta de recursos económicos, donde un aumento del ingreso familiar suele disminuir la tasa de inserción de las y los integrantes menores de edad en el mercado laboral. Dado lo anterior, surge la interrogante si los incrementos del salario mínimo presentados en los últimos años han contribuido a una reducción en las tasas de trabajo infantil en México.

Un estudio elaborado recientemente por El Colegio de la Frontera Norte examina esta cuestión y muestra que, efectivamente, los aumentos del salario mínimo a partir de la instauración de la ZLFN se asocian con una disminución en la probabilidad de que los niños, niñas y adolescentes que residen en los municipios de la región fronteriza norte de México se encuentren en situación de trabajo infantil. El estudio indica que las políticas económicas que incrementan el nivel de ingreso de los trabajadores de bajos salarios impactan de manera positiva a sus dependientes económicos al incrementar el nivel de ingreso del hogar y reducir la probabilidad de que sus integrantes menores de edad se inserten en el mercado de trabajo.

El hallazgo anterior, en conjunto con la literatura para México que analiza los impactos de los incrementos del salario mínimo, sugiere que políticas públicas que incrementen los ingresos de los hogares, particularmente los que perciben bajas remuneraciones, coadyuvan a que se reduzca el trabajo infantil y pueden representar una herramienta importante en el combate a la pobreza. No obstante, para que estos efectos se potencialicen deben de existir las condiciones necesarias para que ante los subsecuentes aumentos del salario mínimo no se contraiga la demanda de empleo formal o que esta demanda sea lo suficientemente grande para incorporar a todas aquellas personas que deseen transitar a este sector provenientes del sector informal de la economía. Debido a las diferencias regionales en las tasas de participación en el sector formal, donde esto es más prevalente en las regiones norte y centro del país, se puede inferir que los efectos positivos derivados de los incrementos del salario mínimo serán más moderados en las entidades del sur del país, particularmente Chiapas, Guerrero y Oaxaca, dados sus altos niveles de informalidad. Por ello, es necesario proveer las condiciones necesarias

Pedro Paulo Orraca Romano
Director del Departamento de Estudios Económicos.


Las opiniones expresadas son responsabilidad de quien las emite y no reflejan necesariamente una postura institucional de El Colegio de la Frontera Norte.

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