¿Huachicoleo hídrico?

Regresar a Columnas de opinión

Opinión de Jesús Frausto Ortega Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

lunes 26 de agosto de 2019

El contexto de esta reflexión es el de Piedras Negras, a raíz de algunas acciones llevadas a cabo en la ciudad por las autoridades correspondientes en torno al robo de agua. Acciones que por lo demás –así lo creo– son aleccionadoras de la atención a ese problema.

Con el cambio de Administración Municipal y con ello en la de la dirección del organismo que presta el servicio de agua (SIMAS), se ha comenzado a tomar medidas contra ese problema que tiene que ver con tomas clandestinas, reconexiones ilegales, componendas entre trabajadores del organismo y usuarios para no pagar o sufragar menos por lo consumido, entre otras estrategias utilizadas para apropiarse del líquido. Algunas de las medidas son multas por reincidencia, normalización de contratos, cobro del pago de adeudos, instalación de medidores, corte del servicio de agua, entre otras. Además, los medios de comunicación locales han dado seguimiento a ese tipo de hechos lo que ha permitido a la población local informarse sobre el problema de referencia y otros en torno al manejo del agua en la ciudad.

Un problema que no parece menor pues involucra tanto a usuarios comerciales como domésticos, entre otros. En palabras del Gerente de SIMAS Teodoro Rodríguez Bermea: “Se han detectado negocios, chicos, medianos y grandes, que llegaron a tener convenios con gente de aquí para no pagar cuentas o para tener cuotas fijas” (En http://www.zocalo.com.mx/new_site/articulo/investigan-negocios-con-pagos-minimos-a-simas).Y ante la gravedad del problema detectado en una calle de la ciudad en donde se localizaron 100 tomas clandestinas, la misma fuente mencionaba que se haría un barrido en la ciudad “para detectar a todos los usuarios que se roban el agua” (Ver https://rancherita.com.mx/noticias/detalles/65927/inicia-simas-barrido-en-piedras-negras-busca-detectar-a-usuarios-que-roban-agua.html#.XMxX7olKiUk).

La conformación de cuadrillas de supervisores –mediante la creación de un Departamento de Inspectores– con el apoyo de alumnos de servicio social es parte de las estrategias que se llevan a cabo para hacer la supervisión e identificar en la ciudad ese tipo de irregularidades y normalizar la situación con los usuarios. Una tarea nada fácil pues hay beneficiarios que reinciden en reconexiones ilegales las cuales son parte del problema. Por ejemplo, una nota hace referencia que un usuario había reportado desde hacía tiempo una fuga de agua y se quejaba de que no acudían a arreglarla y cuando el director de SIMAS se presenta al domicilio éste se dio cuenta que la persona debía 54 meses de agua, motivo por el que se le cortó el servicio y por ello el quejoso incurrió en la reconexión y provocó la fuga (Verhttps://rancherita.com.mx/noticias/detalles/64096/multaran-a-usuario-que-reporto-fuga-de-agua-tenia–meses-de-adeudo.html#.XJu6NtJKiUk).

Reconocer y solucionar el robo del agua –adoptando medidas como las referidas, u otras– puede redundar en aspectos como menores impactos en las fuentes de abasto del recurso hídrico –en este caso el río Bravo–, así como en mejores y más eficientes organismos que manejan el agua, beneficiando a la población usuaria. Ojalá este tipo de medidas-experiencias se replicaran en otras ciudades del país con ese tipo de problemas: ¿El huachicoleo hídrico? ¿Se podría conceptualizar así?

Pero si las autoridades encargadas del manejo del agua en las ciudades no emprenden medidas para reconocer y solucionar ese tipo de problemas y si la población que comete ese tipo de ilícitos reincide u ofrece resistencias al cambio, difícilmente sabremos la magnitud de esa problemática en las ciudades. Al menos por la referencia que aquí presentamos suponemos que es una práctica común en éstas.

 

Mtro. Jesús Frausto Ortega

El Colegio de la Frontera Norte