La alegre promoción del gas shale en Coahuila

Regresar a Columnas de opinión

Opinión de Felipe Javier Uribe Salas Investigador de El Colegio de la Frontera Norte de El Colegio de la Frontera Norte

miércoles 11 de junio de 2014


Cuatro semanas después de la famosa inundación de la ciudad de Piedras Negras por torrenciales lluvias los días 14 y 15 de junio de 2013, empezaron a circular por esta ciudad una serie de camionetas nuevas y bien equipadas que ostentaban el logotipo de Gokinetics. Dicho nombre identifica a una empresa norteamericana con sede en Houston, Texas, que se dedica a desarrollar estudios geológicos y sísmicos para detectar mantos de gas y petróleo en el subsuelo.
Aunque la participación de esta empresa en México data del año 2010 en que obtuvo un contrato de Petróleos Mexicanos por la cantidad de 110 millones de dólares para recabar datos sísmicos, tanto en tierra como en el suelo marino, en Coahuila aparece hacia julio de 2013 para explorar la presencia del gas denominado shale.
A partir de agosto de 2013 aparece en la prensa local en Piedras Negras una fuerte e intensa campaña promotora de la explotación del gas de marras. Los principales promotores son las autoridades estatales y municipales y los empresarios quienes profieren toda suerte de expresiones alegres como “Gas shale dará gran futuro a Coahuila”, “Piden aprovechar clúster energético”, “La explotación del gas shale será un detonante”, “Vendrá bonanza con la explotación del gas shale”. Sin embargo, poco se ha expresado sobre el impacto ambiental que implica la implementación de esta industria en la región.
Por principio de cuentas, a la explotación de este tipo de gas se le ha asociado a la generación de sismos (http://www.scientificamerican.com/article/drilling-and-pumping-wells-spawn-powerful-earthquakes/). Asimismo, la explotación de este famoso gas produce una competencia depredadora por el agua, sobre todo si la región donde se lleva a cabo sufre de estrés hídrico (http://es.scribd.com/doc/205503436/Ceres-FrackWater).
En Coahuila vemos cómo la política federal, a través de CONAGUA, ha cancelado la perforación de nuevos pozos para su extracción por los propietarios rurales, adelantando con esto su destino a la industria de extracción de gas (Zócalo Piedras Negras, 27 de marzo de 2014). Además, la utilización de diversos compuestos químicos mezclados con el agua para la extracción del gas, ha generado serias preocupaciones políticas por sus implicaciones de salud pública. Una investigación promovida por el Comité de Energía del Congreso de Estados Unidos mostró que en 14 compañías líderes en el ramo que utilizaron la fracturación hidráulica, usaron 95 productos que contenían 13 diferentes carcinogénicos como el benceno y la acrylamide (http://democrats.energycommerce.house.gov/sites/default/files/documents/Hydraulic-Fracturing-Chemicals-2011-4-18.pdf).
Por otra parte, estimaciones hechas en Estados Unidos calculan que las emisiones de gas metano a la atmósfera, por la extracción del gas shale, son 75% superiores a las estimadas por la Agencia de Protección al Ambiente (EPA por sus siglas en inglés) (http://fuelfix.com/blog/2014/02/13/methane-emissions-higher-than-epa-estimates-study-shows/). De acuerdo con este documento, el metano tiene un efecto en el calentamiento global treinta veces mayor que el que produce el dióxido de carbono. Como podemos observar, se ha documentado la generación de diferentes riesgos de carácter ambiental y de salud asociados a la industria extractora del gas shale.
Lo que se puede ver hasta el momento es que hace falta una crítica constructiva a los procesos extractivos asociados a la generación de riesgos ambientales y de salud para poder proporcionar información confiable a la población, cosa que actualmente brilla por su ausencia. Ya el Dr. Goldstein ha discutido que el principio precautorio establecido en 1989 en la declaración de Río de las Naciones Unidas sobre medio ambiente y desarrollo no se contrapone con la investigación y el desarrollo tecnológico (Environmental HealthPerspectives 1999; 17 (12): A594-5). Es decir, el principio precautorio intenta proteger la salud humana y el medio ambiente.
Para lograr esas metas la acción precautoria debe estar acompañada por resultados de investigación que permitan decidir si la acción a tomar en realidad protege. Los acciones que se avecinan sobre la explotación del gas shale en el norte del estado de Coahuila mostrarán si sus promotores salvarán la cara considerando el principio precautorio de Río sobre medio ambiente y desarrollo, proporcionando información sustentada sobre los posibles resultados de sus iniciativas o asumirán sus consecuencias en el mediano y largo plazos.

Loading