Todos los años en el mes de marzo se celebra el día internacional de la mujer (8 de marzo) y el día del agua (22 de marzo). Algunos se preguntarían ¿Qué relación hay entre estos dos temas?
En una primera instancia es importante recordar que en el 80 % de los hogares que carecen de agua, la responsabilidad de obtenerla -sea por acarreo o traslado- recae en las mujeres y niñas (ONU, 2023). Asimismo, las mujeres dedican al menos 2.6 veces más tiempo al trabajo doméstico, como es cocina, limpias, higiene, y son las principales cuidadoras de niños, niñas y personas mayores, actividades que sin duda alguna requieren el uso de agua (ONU, Mujeres, 2018). En la misma sintonía, hay que recordar que en el sector agua, si bien ya se empelaban a mujeres, era en cargos principalmente administrativos, es decir aún están pendientes los puestos de alto nivel directivo.
Así, en el primer caso, el de la usuarias del agua que son aquellas que tienen poco o nulo acceso al agua implica para las mujeres y niñas tener menor tiempo para realizar actividades personales, educativas o económicas que permitan mejorar la calidad de vida de sus familias y las de ellas mismas, lo cual conlleva un menosprecio de la actividad doméstica y las asociadas a ésta, como son el cuidado de adultos mayores o de niñas o niños, que a su vez limitan el desarrollo de ellas en las actividades referidas.
A lo anterior se suma, que sin agua o acceso a ésta se acrecientan los problemas de salud de los integrantes de la familia, las consecuencias de los cuidados de los enfermos es una responsabilidad adicional que se asignan a las mujeres y niñas, un ejemplo común son las enfermedades diarreicas que sufren los infantes y que atiende las mujeres. Cabe referir que en la mayoría de los casos los barrios o poblaciones marginales que sufren tradicionalmente falta de acceso al agua y en donde habitan mujeres están la delegación de Iztapalapa en Cd. De México, las mujeres del municipio de García en Nuevo León que el año pasado y hasta hoy día sufren los estragos de la escasez o aquellas que al inicio de este año habitaban en colonia como la Morelos, Villa del Campo, Fraccionamiento Real de San Antonio en Tijuana Baja California entre otras regiones de la república mexicana, y que se ven afectada por falta de agua o acceso a esta.
Así, llegar a cumplir con el Objetivo de desarrollo sostenido (ODS) número 6 que se refiere a: garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible saneamiento para todas y todos, en donde una de las metas hace énfasis en el acceso equitativo a servicios de saneamiento e higiene adecuados para todos y poner fin a la defecación al aire libre, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y las niñas y las personas en situaciones vulnerables, parece algo imposible. Siendo que tendría que facilitar o dar acceso al agua para evitar el acarreo y traslado de este líquido, en particular a las mujeres de comunidades rurales y de zonas urbanas que carecen del servicio, para que la carencia de agua no les impida o limite realizar actividades de desarrollo personal, higiene, salud o descanso con o sin su familia.
En él segundo caso, el de gestoras institucionales del agua, la situación no resulta tampoco halagüeña, ¿Porque? Si bien desde hace varios años año se ha intentado integrar de manera más decisiva a las mujeres a nivel institucional, en algunos puestos del sector agua, sobre todo nivel federalizado, poco se ha avanzado, el hecho es más evidente cuando la información de personal de Conagua arroja de solo el 31.1% del personal son mujeres contra el 68.8% que son hombre (2022). Tal hecho hace más que evidente no solo la desigualdad proporcional sino una falta de información desagregada por género en posiciones estratégicas en el sector, y es quizás el único intento a nivel imagen que hubo que una mujer pudiera tener un cargo de alto rango fue en el año 2020 la Dra. Blanca Jiménez Elena Cisneros, que al siguiente año 2021 renunció al puesto para irse de embajadora en Francia, esto último no discutiremos aquí.
A lo antes referido, resulta importante mencionar que solo nos faltan 7 años para según lo indicado en ODM (2030) se tendría haber cumplido con el tema de equidad y perspectiva de género a nivel del acceso y servicio de agua potable y saneamiento, por ello resulta en estos momento indispensable reducir la brecha de desigualdad y sin duda alguna la brevedad que han tenido el tema de género a nivel de gestoras como de usuarias del agua.
Dra. María Eugenia González Ávila
El Colegio de la Frontera Norte