A más de un año del inicio de la pandemia por el Covid-19 y en el actual respiro en México por la disminución del número de casos de infección y de muertes, ya que se pasó de un pico de 22,338 casos y 1,349 muertes reportados el 22 de enero de este año, a una magnitud de 4,504 casos y 480 muertes para el 17 de abril, es necesario reflexionar sobre lo que se ha aprendido de la pandemia, particularmente en relación con las medidas preventivas.
Desde marzo de 2020, el Gobierno de la República, a través de la Secretaría de Salud, elaboró una serie de lineamientos para la prevención y mitigación de Covid-19. El primer documento fue “Lineamiento general para la mitigación y prevención del Covid-19 en espacios públicos cerrados”. La clasificación de estos espacios comprende oficinas, locales comerciales y tiendas de autoservicio. Se incluyen centros recreativos como auditorios, cines, teatros. Asimismo, se consideran también los servicios comunitarios como albergues, refugios, centros de reclusión y finalmente, las estaciones y unidades de transporte público.
El contenido del documento se centra en proporcionar información sobre la infección por Covid-19 y su modo de transmisión, para luego entrar en la descripción de las medidas de mitigación y prevención en términos de higiene personal, establecimiento de filtros para el ingreso a lugares y la práctica de la sana distancia. Uno de los aspectos a tomar en cuenta en los espacios públicos cerrados son las superficies de contacto que podrían estar contaminadas por gotitas de saliva o el contacto con las manos contaminadas. En esos casos, la supervivencia del virus varía de acuerdo al tipo de superficie en que es depositado y puede servir como fuente de infección, de ahí la importancia de la desinfección de superficies.
Sin embargo, los avances en el conocimiento acerca de la sobrevivencia del virus han mostrado que elementos del medio ambiente como la intensidad de la luz, la humedad relativa y la temperatura, tienen un efecto en la sobrevivencia del virus. Un estudio realizado en espacios cerrados mostró que la luz solar simulada inactivó rápidamente al virus suspendido en saliva, en medio de cultivo y en superficies secas de acero (JID 2020; 222:214-22). Otro estudio examinó la influencia de la luz solar simulada y la humedad relativa sobre la estabilidad del virus en aerosoles suspendidos en saliva simulada o medio de cultivo. Se mostró una reducción más importante en la sobrevivencia del virus en saliva simulada que en el medio de cultivo y la humedad relativo no tuvo un efecto significativo (JID 2020; 222: 564-71).
Otros investigadores estudiaron los efectos de la humedad, temperatura y tamaño de la gota de saliva en la estabilidad del virus en una matriz seca de superficies no porosas. Los resultados mostraron que el virus decayó cuando la humedad relativa y la temperatura aumentaron y que el tamaño de la gota y el tipo de superficie no influyeron significativamente en la estabilidad del virus (mSphere 2020; 5 (4): e00441-20). Finalmente, se realizó un estudio para evaluar la persistencia del virus en aerosoles a través de la simulación de un rango de temperatura, humedad y niveles de luz solar en una cámara de aerosol. Se encontró que tanto la luz del sol simulada, la temperatura y la humedad relativa influyeron en la persistencia del virus en aerosoles, aunque las dos primeras tuvieron mayor impacto que la humedad (Aerosol Science and Technology 2021; 55 (2): 142-153).
Estos resultados sugieren que la persistencia del virus SARS-CoV-2 en aerosoles o en superficies es afectada por las condiciones del medio ambiente, particularmente por factores como la temperatura, la humedad y la luz del sol. Altos valores conjuntos de estos factores disminuyen el periodo de sobrevivencia del virus, como lo indica la calculadora que evalúa su interacción. (https://www.dhs.gov/science-and-technology/sars-airborne-calculator).
Dr. Felipe Javier Uribe Salas
El Colegio de la Frontera Norte
