Los chalecos antibalas. ¿Quién habla por las mujeres y los hombres policías de Ciudad Juárez?

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Opinión de Julia Monárrez Fragoso Profesora-Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte de El Colegio de la Frontera Norte

lunes 11 de agosto de 2014

La violencia, en sus diferentes manifestaciones, nos sigue abrazando nacionalmente. En Ciudad Juárez, sí bien ha habido un decremento en la misma; esto, de ninguna manera, como afirma Alejandro Hope, es para aventar confeti. Él sugiere que lo guardemos para mejores ocasiones. Concuerdo con él. Sin embargo, paradójicamente, en estos temas de violencia, me gustaría ventilar por un instante la corrupción de los dineros públicos que permea nuestra ciudad. Menciono un ejemplo presente: la compra de chalecos antibalas para la Secretaría de Seguridad Pública Municipal y el desdén por la vida e integridad física de las mujeres y los hombres policías de Ciudad Juárez.
En los últimos años, el tema de la capacitación y la profesionalización de la policía ha sido una de las metas para formar un Estado de Derecho en nuestro país. Para cimentar un Estado Democrático, en el cual la policía pueda ejercer, lo menos posible, de una manera ética el uso de la violencia. Al mismo tiempo, establecer una relación reciproca de respeto y consideración, para ellas y ellos, por parte de la ciudadanía. En este sentido, se han invertido dineros públicos- los míos y los de la ciudadanía mexicana- para llegar a estas metas. Las últimas semanas, los medios de comunicación nos han informado que los chalecos antibalas fueron comprados a un precio excesivo y que además, no reúnen los requisitos de blindaje que requiere este equipo de trabajo para las mujeres y los hombres policías de nuestra ciudad.
Si bien, los mejores chalecos antibalas, no son lo suficientemente eficaces para evitar daños corporales o la muerte de quienes los usan, lo que sí debe quedar claro es que cuando los gobiernos compran equipo para sus agentes estatales, y se aseguran que estos dispositivos reúnen los mejores estándares, se está enviando un aviso a las policías de la importancia que tienen sus vidas para el Estado. Al mismo tiempo, se le avisa a la ciudadanía el valor que tienen para la comunidad, las mujeres y los hombres policías, cuyas vidas, como dice Judith Butler, son dignas de ser vividas y dignas de ser lloradas en su muerte.
Aún más, en estos chalecos, además del sobreprecio y la disminución de la protección, hay un tercer elemento que nos aleja de la profesionalización y modernización de la policía: la ginopia, término que refiere la incapacidad de ver el punto de vista o la opinión de las mujeres. Un ejercicio verdaderamente democrático y transparente, de acuerdo a investigaciones realizadas por la académica feminista Ana Laura Ramírez, debe de tomar en cuenta las diferencias anatómicas entre ser mujer policía u hombre policía y de acuerdo a estas diferencias biológicas, los gobiernos deben comprar: uniformes, zapatos, chalecos, y equipo para las mujeres y los hombres policías.
Sigo con el confeti guardado y miro hastiada el desperdicio y el robo de los dineros públicos, la falta de transparencia y la rendición de cuentas. Con estas prácticas, me pregunto lo más importante ¿Quién habla por las mujeres y los hombres policías de Ciudad Juárez?

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