131 imágenes aguardaron a su cómplice; Alejandro Loyo Fuentes y su equipo quienes las instalaron en 13 mamparas el 5 de agosto. Los días previos el trabajo de gestión había implicado conseguir no solo las mamparas, sino pintarlas y dejarlas listas para su exhibición pública. A esa tarea se sumarían desde semanas previas, pero con años de trabajo encima, las labores de Fernando Escobedo y Almaraz Araceli de El Colegio de la Frontera Norte, ambos historiadores comprometidos con el rescate de archivos sobre comercio y servicios de Tijuana. Al filo de las 10 pm de ese viernes, y con ayuda de Cecilia Trejo y Ximena López de Mexica Cerveceria, se terminaron de preparar los tabloides que uno a uno se fueron integrando a la retrospectiva histórica convertida en exhibición. Impacientes del desembale, las 67 imágenes de expresidentes de Canaco y las de sus negocios, así como la del presidente actual y algunas fotos más, poco a poco se convirtieron en una exposición: “Canaco en el Tiempo”.
Los cómplices del montaje, incluidos Fernando Escobedo y quien escribe esta nota, se despidieron del ensamble al amparo de la avenida. Al día siguiente, el 6 de agosto a las 10 de la mañana se dieron cita exdirigentes y familiares que fueron ocupando sus asientos. En el evento estuvieron presentes el Ing. Fermín Cota, presidente de la Sociedad de Historia de Tijuana, la Lic. Rosa María Quiñonez Soto de la Barra de Abogados de Tijuana, Victoria Magaña presidenta del Seminario de Cultura Mexicana, corresponsalía Tijuana, Wilfrido Ruiz presidente fundador de la Academia de Historia de México en Tijuana, Olegario Miller por la Comisión Estatal de Derechos Humanos, por la Asociación de Agentes Aduanales de México con la presencia el Lic. Adolfo Ayala y por la Asociación de Mujeres Profesionistas de Tijuana Nirvana Miramón su presidenta.
El sol abrasador no permitió mayor retraso. Pasados los cinco minutos de la hora acordada, comenzaron las palabras de los miembros del presídium, iniciando con las de Julian Palombo, presidente de la Canaco Tijuana. Acto seguido, una servidora habló de la importancia de recuperar la historia de Tijuana como una ciudad que surge del comercio y los servicios. Me permití agradecer la gran colaboración y disposición de los empresarios, organismos de representación, Ayuntamiento de Tijuana, advirtiendo lo que significa para el El Colegio de la Frontera Norte estas actividades de incidencia. Y mientras continuaron los discursos, el libro de firmas fue pasando a cada uno de los asistentes.
La Av. Revolución y el número 1079, han sido testigos de tantos momentos emblemáticos, que no podía dejarse pasar ni el más mínimo detalle. Sin duda el evento irá más allá de un mero encuentro en esta calle de la Zona Centro ¿Acaso los asistentes podrán visualizar un futuro tan grandioso como el que ha tenido la Ensalada Caesar’s? Sí! era el momento de reconocer la historia viva.
La casaca emblemática del momento la portaron algunos de los organizadores. Se mandó a imprimir con una foto del hotel Caesar’s de 1952 y una leyenda en letras rojas que anunciaba «133 aniversario de Tijuana y 96 años de la Cámara Nacional de Comercio de Tijuana».
Uno de los organizadores llegó corriendo y corriendo le abrieron paso para darle un lugar. Se trataba de Armando Avakian, uno de los personajes que por más de siete años ha buscado, atesorado y difundido las raíces de su calle, de su hogar, de su hotel, al lado de Fernando Escobedo. Sin su sagacidad y sin su visión, este evento jamás hubiera tomado forma en el presente. Su retraso obedeció a la dedicación culinaria para atender a los invitados de los eventos de la tarde. Por esa pasión y muchas otras razones su presencia o su ausencia siempre es notoria.
Al evento llegaron varios carros de colección que fueron admirados y fotografiados por los transeúntes. Los invitados llenaron a la alfombra verde y llenaron las mesas con manteles veraniegos que contrastaban con el beige del Hotel Caesar’s. Los extraños se admiraban y no podían creer lo que estaba pasando en la Avenida Revolución, la calle se engalanaba con la historia. No era un concierto, no era un festival de comida. Algunos se imaginaron que habría una boda o que alguien famoso nos visitaba. Algunos más avezados se acercaron y preguntaron ¿Qué se festeja?
El templete para que el grupo “Pachuco Blues” que acompañó la iluminación del Hotel Caesar’s quedó rápidamente montado. Las carpas de degustación dieron espacio a Mexica Cerveceria, Piedra Santa de Lupita Gil e Insurgente Insurgente Tap Room porque en la Avenida Revolución también el origen está ligado a la venta y producción de cerveceza. Y mientras la comida armenia llegaba, ya se preparaba la ensalada Caesar’s cortesía de Julián Plascencia.
La luna se asomó, mitad secreta y mitad indiscreta. Cayó poco a poco la noche sin espantar la fiesta y de pronto el gran homenaje a la historia de la avenida se sintetizó en más de 300 imágenes. La Revolución cantó y la Revolución festejó su historia. De amarillo se rodearon las fotografías que se proyectaron de forma majestuosa y que nos dieron cuenta de cómo se inició esta tierra los cruces, curios, casas comerciales y ventas.
Fue emocionante ver al Hotel Caesars vivo, radiante, contento, iluminado, cortejado por mujeres hermosas, toreros, cafés, casinos y bares. Incidencia para la historia local.
Quiero concluir diciendo que Fernando Escobedo y una servidora despedimos el evento remarcando la memoria del lugar y la importancia de hacer historia rescatando historias. Pachuco Blues por su parte cerró la música, aunque la danza siguió porque la Avenida Revolución es historia viva.
Dra. Araceli Almaraz
El Colegio de la Frontera Norte