Marea verde en Tamaulipas

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Opinión de Blanca Vázquez Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 8 de octubre de 2020

Un movimiento en la región de Latinoamérica ha estado los últimos días en los medios de comunicación, los cuales no siempre –cabe decir– señalan su propósito fundamental sino más bien estigmatizando a las mujeres y sus movimientos de reivindicación como violentos. Se trata del movimiento #28S o el Día de Acción Global por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito; llamada también la marea verde.

Desde Argentina hasta México se mantiene la demanda de miles de mujeres por la despenalización del aborto. No se trata de una defensa del aborto en sí, sino más bien de una defensa por el derecho de las mujeres a decidir. La oportunidad de decidir es bandera de grupos de mujeres que abren –no sin dificultad– escenario para la manifestación de ideas, que organizan marchas y buscan múltiples formas de enviar un mensaje y abrir el debate.

En Tamaulipas la marea verde se hizo notar con un grupo pequeño de mujeres, con escasa cobertura de los medios de comunicación regionales. Sin embargo, no por ello pierde validez la demanda. Se trata de mujeres que nos recuerdan la importancia de debatir el asunto más allá de etiquetar como “mujeres violentas” a quienes se posicionan desde la libertad y respeto de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.

Desafortunadamente la opinión de una legisladora local por Tampico muestra la poca disposición al debate. Las y los legisladores tienen la obligación de escuchar con detalle las demandas de la gente. Si bien sus partidos se ciñen a ciertas ideologías, su función como representantes de la población es escuchar todas las voces y no estigmatizar a quienes disienten en ideas. Posiblemente la legisladora esperaba monumentos rayados y ventanas rotas, como si de ello dependiera la legitimidad del movimiento #28S.

Evidentemente debemos respetar su opinión sobre la despenalización del aborto, pero su desacuerdo no debe referirse desde su función pública como legisladora; menos aún debe fomentar –todavía más–estereotipos que asocien los movimientos de libre expresión con la violencia.

Una encuesta nacional y por entidad federativa del diario El Financiero, en septiembre de 2019, mostró que en nueve entidades del país un tercio de la población dijo estar de acuerdo con que la Ley permita el derecho de la mujer al aborto; más del 40% estuvo de acuerdo en Morelos y Estado de México; y más del 50% estuvo de acuerdo en Cd México y B. C. Si bien la opinión mayoritaria de la población mexicana sobre el tema sigue siendo de oposición, sobre todo cuando se trata deescasez de recursos, incompatibilidad de proyecto de vida y desarrollo de la mujer o embarazó imprudencial como causales de aborto, también es cierto que con los años ha habido menor resistencia.

Otra encuesta del año 2017, realizada por Parametría, deja ver a través de una serie histórica de encuestas desde el año 2007 que a pesar de la oposición también hay variaciones en el rechazo o aprobación de la penalización del aborto dentro de las 12 semanas de embarazo. Es decir, la opinión de la población cambia y lo que es más importante, hay matices en la manera como es percibido el tema de acuerdo con las circunstancias que llevan a una interrupción del embarazo, hay cambios en el juicio moral sobre el hecho y en el cuestionamiento a las mujeres que deciden libremente sobre su propio cuerpo.

Entre 2014 y 2017 el porcentaje de población que percibe el aborto como moralmente inaceptable cambio de 61% a 47%; y quienes dijeron no tratarse de una cuestión moral pasó de 20% a 37% de la población. Es interesante notar la tendencia a enjuiciar cada vez menos el tema, de a poco va quedando claro que, respecto al aborto, no se trata de un posicionamiento moral sino un tema de derechos y también un asunto de salud pública.

La marea verde nos recuerda que antes de enjuiciar y etiquetar debemos debatir; y tal como lo dijo el ministro Arturo Zaldívar: “La discusión sobre el aborto no puede verse como un debate entre quienes están a favor de la vida o en contra de ella; estar a favor de la vida es respetar la dignidad y la libertad de las mujeres” (SCJN, Comunicación digital, 2019-08).

Dra. Blanca Vázquez

El Colegio de la Frontera Norte

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