Las órdenes ejecutivas, órdenes o decretos presidenciales u ordenanzas ejecutivas, son disposiciones establecidas por el Presidente de los Estados Unidos que permiten la gestión de sus prioridades. En la primera semana como presidente, Joseph Biden ha firmado 21 órdenes ejecutivas, según Federal Register.
Con esto supera en su primera semana de mandato a los presidentes Bill Clinton en 1994, Obama y Trump. El presidente Trump también recurrió a las órdenes ejecutivas: firmó 220 en cuatro años, mientras Obama emitió 276 (BBC, 29 enero 2021).
Las órdenes ejecutivas del presidente Biden reflejan un enorme pragmatismo considerando el contexto de la peor caída económica de Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial (3,5% en 2020,); más de 400 mil muertos por COVID-19 y la creciente polarización política interna.
Sin embargo, la mayoría de esas órdenes tendrán efectos limitados y requieren una difícil gestión política y presupuestaria. Por ello es fundamental un acuerdo básico bipartidista en el Senado, en particular para las iniciativas de reactivación económica, laboral y migratoria.
En ese contexto la propuesta del impeachment al ex presidente Trump tiene impactos políticos, pero no sería viable desde el punto de vista legal y no obtendría los votos de los senadores republicanos. Por lo cual la prioridad del presidente Biden debería ser consensuar sus principales prioridades ejecutivas.
Se propondrá una reforma inmigratoria para regularizar a cerca de 11 millones de migrantes irregulares. Esta orden también contempla un plan para reforzar la seguridad fronteriza mediante el uso de tecnología. Con esta iniciativa se da continuidad al reforzamiento de la frontera con México y con ello se pretende tener el aval de los republicanos.
Se requieren de cuando menos diez senadores republicanos que tendrían que avalar la reforma migratoria. La última propuesta de reforma migratoria con Obama fue rechazada por la mayoría republicana. De ahí la importancia del consenso bipartidista, el cual es más complejo dada la coyuntura de polarización política interna.
Otra de las órdenes ejecutivas del presidente Biden indica que no se destinarán recursos aprobados por el Congreso para continuar la construcción del muro en la frontera con México. Con lo cual no se aprobarán nuevos proyectos para continuar su construcción, el cual era deseo del anterior presidente Trump.
Otra de las ordenes fue la suspensión de las deportaciones de migrantes irregulares en Estados Unidos, la cual fue suspendida por el magistrado Drew B. Tipton del Tribunal de Distrito Sur de Texas, quien bloqueó de forma temporal tal orden, con el argumento de que analizaría el tema y que no hubo una consulta previa con el estado de Texas (DW, 26 enero 2021).
En la administración de Trump el papel de las Cortes Federales fue relevante en la suspensión de algunas iniciativas presidenciales. Es parte de los contrapesos en la democracia estadounidense.
El presidente Joseph Biden también firmó dos órdenes ejecutivas que buscan debilitar la reforma sanitaria que Obama introdujo hace 10 años. Ordenó la reapertura del plazo para suscripción de seguros subsidiados a través de una plataforma federal y solicitó la revisión de las nuevas políticas que había introducido Trump para las personas con enfermedades crónicas. Con dichas órdenes se pretende conceder cobertura a los estadounidenses que la perdieron durante la pandemia o que ya no la tenían.
Biden también revocó la norma que prohíbe al gobierno estadounidense financiar a las ONG extranjeras que prestan servicios de aborto. E igualmente dictó que Departamento de Salud revise las regulaciones sobre los centros de planificación familiar en Estados Unidos, los cuales fueron prohibidos por la pasada administración (CNNEspañol, 28 enero 2021).
Cabe mencionar que el aborto es legal en Estados Unidos desde una decisión del Tribunal Supremo en 1973, pero sigue dividiendo a la sociedad estadounidense. Con estas disposiciones se polarizarán más los grupos conservadores vinculados con el aborto.
En ese entorno, el Departamento de Seguridad Interior Estados Unidos alertará al público sobre el riesgo creciente de ataques dentro del país por grupos radicalizados que no aceptan el resultado electoral (El País, 27 enero, 2021). La última advertencia de temor terrorista, fue a raíz del atentado con bomba en un edificio federal en Oklahoma en 1995 por Timothy McVeigh, en donde fallecieron cerca de 170 personas.
Las acciones de protestas de grupos afines al presidente Trump podrán aumentar en el contexto de su impeachment, con motivo de las acciones violentas de sus seguidores protagonizadas el 6 de enero. Tal petición será difícil que prospere, a raíz de que no cuenta con el apoyo bipartidista y además, 45 de los 50 senadores argumentaron la inconstitucionalidad del juicio político al ex presidente Trump, con el argumento de que ya no es presidente de los Estados Unidos (El País, 27 enero 2021).
Para que prospere el impeachment se requiere una mayoría cualificada de votos en el Senado, lo que implicaría que 17 senadores republicanos deberían de votar con los demócratas en las audiencias previstas a partir del 8 de febrero.
Políticamente no le conviene al presidente Biden una mayor polarización con el Senado, si su prioridad es tener el aval republicano en sus principales órdenes ejecutivas (COVID-19, un apoyo de 1600 dólares a los ciudadanos y la reforma migratoria entre otras iniciativas).
Finalmente Biden ya triunfó en la elección más competida de la historia política estadounidense y ahora su desafío principal es demostrar capacidad de gestión política y financiera en la coyuntura más compleja de los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial.
Dr. José María Ramos
El Colegio de la Frontera Norte