Cuando se habla de remesas, o particularmente de remesas internacionales, normalmente se entiende que son las transferencias en efectivo o en especie que envían los migrantes internacionales a sus familiares en los países de origen.
En los últimos años, las remesas que llegan a México procedentes de Estados Unidos se han incrementado de manera sustancial. De acuerdo con datos del Banco de México, mientras que en 2009 el monto total de remesas se situó en 22 124 millones de dólares, para 2023 esta cifra ascendió a 63 313 millones de dólares. A la par que se ha incrementado la recepción de remesas en México, el tamaño de la población inmigrante mexicana en Estados Unidos se ha mantenido prácticamente constante e incluso, según información de la Oficina del Censo de Estados Unidos, ha disminuido ligeramente al pasar de 11.7 millones en 2009 a 11.1 millones en 2022.
Si no ha aumentado el número de mexicanos en Estados Unidos, ¿entonces por qué se ha incrementado tanto el monto total de remesas que llega a México? Si bien esto se explica por diversos motivos, me enfocaré únicamente en tres factores: los cambios en las características de la población mexicana en Estados Unidos, el aumento en el número de personas que nacieron y residen en Estados Unidos de padres mexicanos y el buen desempeño de la economía del país vecino norte.
Primero, aun cuando el tamaño de la población mexicana en Estados Unidos no ha crecido, las características socioeconómicas de este grupo sí han cambiado de manera importante. Por ejemplo, mientras que en 2009 las y los mexicanos en Estados Unidos tenían en promedio una edad de 37.5 años y el 40.8 por ciento había concluido los estudios de bachillerato, para 2022 tenían 45.4 años y el 54.3 por ciento contaba con estudios de bachillerato terminados. Estos cambios, junto con un aumento en el número de años transcurridos desde que inmigraron al país, se han reflejado en mayores salarios para las y los trabajadores mexicanos, quienes pasaron de percibir anualmente 23 288 dólares en 2009 a 36 944 dólares en 2022. Por tanto, dado que las remesas provienen principalmente del ingreso laboral de las y los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos, los aumentos en sus percepciones salariales se asocian con incrementos en el monto de remesas que envían a México.
Segundo, un grupo poblacional que sí ha crecido de manera significativa son los hijos e hijas nacidos en Estados Unidos de las y los inmigrantes mexicanos, la cual pasó de 10.7 millones en 2009 a 14.2 millones en 2022. Dado que se trata de una población joven, a medida que ha ido envejeciendo se han incrementado sus tasas de participación en el mercado de trabajo estadounidense, así como los salarios que perciben. La importancia de este grupo se centra en el hecho de que muchas de estas personas mantienen lazos familiares en México, particularmente en los casos cuando sus padres regresan al país ya sea de manera voluntaria o porque fueron expulsados o deportados por el gobierno estadounidense. De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en un número importante de los hogares que reciben remesas en México se da el caso de que éstas son enviadas por una hija o un hijo estadounidense a uno de sus padres mexicanos.
Tercero, en años recientes la economía de Estados Unidos ha presentado un mayor dinamismo. De manera específica, durante el periodo 2021-2023 ésta creció en promedio a una tasa anual de 3.5 por ciento. Además, desde finales de 2021 su tasa de desempleo se ha mantenido por debajo de 4.0 por ciento, un hecho que no se había visto en más de 50 años. La tasa de desempleo y la tasa de crecimiento de la economía estadounidense son buenos indicadores de la dinámica de las remesas que llegan a México.
Las remesas constituyen una fuente importante de ingresos para los hogares mexicanos y la economía nacional, superando en 2023 los ingresos provenientes de la inversión extranjera directa e incluso los ingresos petroleros. No obstante, es importante recordar que las remesas por lo general surgen a partir de la emigración de mexicanas y mexicanos a Estados Unidos, quienes se mudan de manera temporal o permanente a dicho país con el objetivo de incrementar sus ingresos y poder acceder a un mejor nivel de vida, y son producto de las fuertes disparidades económicas entre los dos países.
Por tanto, los altos montos de remesas que llegan a México no son cifras que deben ser motivo de orgullo o festejo; al contrario, reflejan la urgente necesidad que se tiene en el país de incrementar de manera generalizada los salarios de las y los trabajadores, de reducir los niveles de pobreza y de aumentar las tasas de crecimiento económico.
Pedro Paulo Orraca Romano
El Colegio de la Frontera Norte
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