Durante la última reunión de la Sociedad Mexicana de Salud Pública, en noviembre pasado, se presentó el libro titulado “Crónica del acontecer epidemiológico de México” del Dr. Pablo Kuri, quien hace un recuento de la experiencia personal de su paso por la Secretaría de Salud así como de la narración de una serie de proyectos de los cuales fue gestor o participante activo en el contexto de la epidemiología moderna de México.
El contenido del libro se desarrolla a manera de entrevista donde se abordan diferentes temas en que se da cuenta de la forma en que se ha ido configurando el quehacer epidemiológico desde la organización del Sistema Nacional de Salud.
De acuerdo con este autor, el punto de corte entre la epidemiología tradicional y la moderna en México empieza con la profesionalización de los epidemiólogos a través de la consolidación del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica y de la creación del Programa de Residencia en Epidemiología Aplicada.
En ese contexto se crea el Comité Nacional para la Seguridad en Salud con dos grupos, uno sobre enfermedades emergentes y otro sobre seguimiento y evaluación de la seguridad en salud. Asimismo, se crea la Dirección de Urgencias perteneciente al Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades. Este andamiaje organizativo permite el abordaje de los desastres naturales como huracanes, inundaciones, deslaves y el control de la presencia de epidemias.
De acuerdo con este narrador, las necesidades observadas en el trabajo de campo “con los pies en la tierra” obliga dar solución a los problemas palpables como el de establecer un centro de comando para el abordaje de las contingencias en salud. Por ello hubo la necesidad de adquirir tráileres que son Unidades de Comando para la Seguridad en Salud. En otras palabras, se trata de oficinas móviles autónomas con espacio para el trabajo independiente en el lugar de los desastres.
La creación de la Unidad de Inteligencia Epidemiológica y Sanitaria que se generó en 2001, por ejemplo, fue otra de las herramientas para la vigilancia epidemiológica creada por este grupo de funcionarios a fin de establecer en tiempo real lo que se denomina en epidemiología “situación de salud” del país. Todo este esfuerzo organizativo en el abordaje de contingencias epidemiológicas puede experimentar modificaciones e incluso exclusiones con la llegada de nuevas autoridades administrativas. Se menciona el caso de la Unidad de Inteligencia Epidemiológica y Sanitaria. El cambio de administración federal en 2006 trajo como consecuencia que las nuevas autoridades en salud desestimaran la importancia de dicha unidad y utilizaran el espacio físico que ocupaba en oficinas administrativas.
Ocurrió también con la epidemia de influenza de 2009. Las nuevas autoridades en salud desestimaron la preparación que se había organizado con antelación para enfrentar, se esperaba, una epidemia de influenza por el virus AH1N5 que devino luego en una contingencia epidemiológica generada por el virus AH1N1, contingencia que tomó por sorpresa a las autoridades quienes no atinaban a describir siquiera el número de casos y de muertes por influenza.
Este libro contiene información de primera mano de quien fue desarrollando una vasta experiencia en el manejo epidemiológico de las contingencias sanitarias en México y forma parte de información invaluable para el conocimiento de los entretelones de la organización del sistema nacional de salud en México. Pero no se trata sólo de la voz del entrevistado sino que al mismo tiempo es acompañado por las narraciones de diversos personajes que participaron en la conformación de lo que se considera el ejercicio de “la epidemiología moderna” en México. Finalmente, se trata de un legado que termina precisamente a las puertas de una nueva administración del sistema de salud en México.
Dr. Felipe Javier Uribe Salas
El Colegio de la Frontera Norte