Transiciones: Entre la nostalgia y la esperanza

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Opinión de Víctor Alejandro Espinoza Valle profesor-investigador de El Colegio de la Frontera Norte

miércoles 4 de marzo de 2015

Me sumo con entusiasmo al nuevo proyecto periodístico, La Jornada Baja California. Apuesto por un espacio plural, incluyente y profesional que deberá convertirse en un referente cotidiano de información y análisis a nivel regional. No es fácil arrancar un proyecto de esta magnitud en un momento como el que atravesamos en el país. La gran ventaja es que el nuevo diario cuenta con el aval de uno de los diarios nacionales más importantes y con mayor credibilidad. La experiencia cuenta y mucho.

Participar en este proyecto desde sus inicios es un reto que asumo con gusto y emoción. Dejé atrás una experiencia de 16 años en otra casa editorial; una difícil decisión: hoy mi columna transita a un nuevo espacio, a un nuevo proyecto que ya de inicio resulta exitoso. Me congratulo de encontrar a colegas locales y regionales que se han ganado un merecido reconocimiento en los medios de comunicación sobre todo por su rectitud y profesionalismo; pero también La Jornada Baja California ha convocado a jóvenes periodistas con todo el entusiasmo y la energía para ganarse un espacio en esta hermosa, difícil y peligrosa profesión. Apostar por el periodismo de investigación y de análisis editorial nos hace pensar en un proyecto exitoso.

Hace 31 años tuve la inmensa fortuna de asistir al lanzamiento de La Jornada. La cita fue en un espacioso salón del Hotel de México, sobre Avenida Insurgentes en la Colonia Nápoles. Era la tarde del 29 de febrero de 1984 y al terminar una clase del posgrado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, mi inolvidable profesor, José María Pérez Gay, tuvo la gentileza de invitarme a acompañarlo al evento histórico: el nacimiento de un nuevo diario. Otro estudiante, Aquiles Chiu Amparán y yo fuimos los afortunados invitados del inmenso filósofo mexicano; transitamos por toda la Avenida Insurgentes en un viaje inolvidable por el sur de la Ciudad de México. Grandes intelectuales, periodistas, luchadores sociales, escritores, artistas; alrededor de 7 mil personas colmaban el salón del emblemático edificio.

En ocasión del 25 aniversario del periódico, José María Pérez Gay dijo: “Ahora recuerdo el 29 de febrero de 1984 cuando nos reunimos en el Hotel de México para fundar La Jornada; me invade una extraña mezcla de nostalgia y esperanza. Me pregunto si un recuerdo es algo que uno tiene o algo que uno ha perdido para siempre; reescribimos cada día la historia como reescribimos todos los días la jornada; felicidades”.

El primer número de La Jornada salió a la calle el 19 de septiembre de 1984 y la versión en línea en 1995. Hoy hemos transitado a nuevos tiempos; la estrategia de nuestro diario es a la inversa: primero la edición electrónica y luego el periódico impreso. No podríamos entender el escenario de hoy sin aludir a las redes sociales y su papel en la difusión de la información y en la construcción de la opinión pública. Nuestro país vive tiempos difíciles, quizás más complicados que en 1984. Ya tuvimos una doble alternancia política federal y un número importante de alternancias en los gobiernos estatales y municipales. Desde 1990 contamos con un órgano electoral profesional que organiza los comicios y agrega cada día nuevas atribuciones. Sin embargo, la corrupción, la violencia y la desigualdad social siguen siendo los principales problemas nacionales. Hemos tenido democracia política pero el abismo entre ricos y pobres sigue creciendo, así como la brecha entre ciudadanía y representación política.

Sobre esas mudanzas y contradicciones estaré reflexionando en esta columna. La mirada se posará en el ámbito local, regional y nacional. Nuestro modesto interés es contribuir a la comprensión de las transiciones que día a día vivimos, con la esperanza de aportar nuestro granito de arena en la construcción de una mejor informada comunidad política.

-Dr. Víctor Espinoza Valle, profesor-investigador del DEAP.

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