*Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien escribe. No representa un posicionamiento de El Colegio de la Frontera Norte.*
Un par de palabras que son básicas para iniciar es” medio ambiente”, cuyo concepto es algo complejo. Si nos guiamos por una definición tradicional se trata de “todas las condiciones y factores externos, vivientes y no vivientes (sustancias químicas y energía) que nos afectan o afectan a cualquier organismo o forma de vida”. Así es que resulta que “medio ambiente” puede ser nuestro entorno de oficina donde corre el viento del mini Split o ventilador, la vegetación sería mi plantita natural o de plástico que tengo junto a la ventana, los mosquitos, moscas o cucarachas que seguro albergan en algún sitio oscuro serían los animales y los muebles que me rodean como la silla en donde estoy sentada o en general el entorno donde trabajo en mi cubículo, salón, laboratorio, almacene, etcétera. Eso es medio ambiente con cierto toque de naturaleza cercano a mí, aunque, claro, no contarían las plantitas de plástico y los muebles de mdf (unidas de fibras de densidad media de madera tipo astillas, y resinas sintéticas).
La definición anterior quizás no resulta muy pertinente sobre lo que se celebra el 5 de junio de este 2023. Esta, creo, es más adecuada si se sitúa entre el funcionamiento de los sistemas naturales y los sistemas sociales, es decir, aquella que se sitúa en el escenario mismo de la vida natural y social (Aguilera, et al 2014). Aunque lo que sí debe quedar totalmente claro es que la vida humana y su desarrollo no serían posible sin la naturaleza (agua, aire, tierra, vegetación, sol, viento, organismos primitivos etc.). ¡Duro pero cierto para el egocentrismo humano!
La celebración del día del medio ambiente el 5 de junio, se realiza desde hace más de 5 décadas; y lo estableció la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el objetivo de destacar que la protección y la salud del medio ambiente, ya que su daño afecta al bienestar de los pueblos y al desarrollo económico en todo el mundo. Dicha celebración, permite reflexionar y ampliar los conocimientos sobre la situación en que nos encontramos a nivel planeta, región, estado o localidad, y permite opinar resaltar aquellas conductas responsables de personas, empresas o comunidades comprometidas por mejorar, proteger o preservar este medio ambiente.
Este año el tema central es evitar “La contaminación por plásticos”. Pero, ¿por qué son un problema los plásticos si son tan útiles como envoltorios, para conservar productos y proteger una multitud de objetos usados por la humanidad? Aunque el uso excesivo e irresponsable que hacemos del plástico es el problema. Tan solo acorde cifras de ONU (2023) se producen más de 40 millones de toneladas de plástico por año en el mundo de un solo uso y solo el 10 % se recicla. De estas al menos entre 19 y 23 millones de toneladas de desechos plásticos los podemos ver en ríos, lagos, mares; aunque en realidad no hay que ir muy lejos, pues cuando llueve vemos bolsas de plástico navegando por nuestras calles o volando como papalotes en las avenida o parques de varias ciudades de México.
En nuestro país, el tema de residuos plástico la SEMARNAT (2023) reporta que el consumo de plástico es de 66 kilogramos por habitante por año, de los cuales entre el 38 al 58 % son mal manejados, con un alto potencial de escape hacia el medio ambiente. Los tipos de plástico que se desechan son el polietileno de baja densidad, polipropileno y poliestireno; los dos primeros tienen un alto valor de reciclaje siendo que se puede utilizar en bolsas y empaques plástico, tapas, y colilla de cigarros, mientras que poliestireno es de bajo reciclaje porque se va degradando durante este proceso. Además, existen los agro-plásticos (plásticos complejos) que son confinados o incinerados o abandonados, por no ser considerados residuos peligrosos.
A lo anterior, se suman los micro plásticos de aguas residuales, siendo que solo el 49% de estas se tratan y el 51% de las aguas, no cuenta con algún tipo de tratamiento o es deficiente su tratamiento a nivel municipal o estatal dependiendo el nivel de competencia. Así, quizás lo más grave de todo lo referido es que no se tiene información precisa de la cantidad de plásticos y micro plásticos generados y descargados hacia los cuerpos de agua: arroyo, ríos, lagos o el océano. Ustedes lectores, ¿dejarán pasar ese día o lo celebrarán?.
Dra. María Eugenia González Ávila
El Colegio de la Frontera Norte
