Después de semanas de incertidumbre y de diálogo con el ejecutivo federal, Tesla, el gigante manufacturero de automóviles eléctricos, tomó la resolución de construir una planta en el municipio de Santa Catarina dentro del Área Metropolitana de Monterrey (AMM). Independientemente del asunto del agua, que no está del todo resuelto, esta decisión, tomada en base a las ventajas de localización que dicha inversión supone en términos de los encadenamientos requeridos tanto nacional como internacionalmente, así como la cercanía a Estados Unidos, plantea de inicio una serie de desafíos en relación a sus impactos en el entorno urbano, tanto en la demanda de uso del suelo y de vivienda, como en el consecuente aumento del tráfico vehicular en el AMM y el incremento en los niveles de contaminación que el mismo traerá consigo.
El AMM ha tenido un crecimiento acelerado hacia sus periferias en los últimos 50 años. En 1950 mas de 90% de la población se encontraba concentrada en el municipio de Monterrey, localizando prácticamente todos los usos del suelo comerciales, industriales y residenciales. A partir de entonces y paulatinamente, los municipios conurbados fueron ganando mas peso en los mismos, desconcentrándolos de Monterrey y alargando consecuentemente rutas y tiempos de traslado de los habitantes. En la actualidad, el crecimiento espacial del AMM se da con mayor dinamismo en los municipios más distantes de las zonas centrales, como García y Juárez, los que triplicaron y duplicaron su población respectivamente en los últimos diez años. En todo este desarrollo, las politicas urbanas han favorecido grandemente el uso del automóvil a través de inversiones en vialidades e infraestructura en detrimento de la red de transporte público.
En la actualidad Nuevo León posee el tercer parque más grande de vehículos particulares en el país, sólo después del Valle de México y de Jalisco, con cerca de dos millones de unidades registradas, las cuales están mayormente concentradas en el AMM. Su circulación cotidiana hace insuficiente a la red vial con que se cuenta, incluso fuera de las horas pico. Amén de las estadísticas de accidentes viales que son las más altas en el territorio nacional, estas condiciones han colocado a Monterrey entre las diez ciudades a nivel mundial con mayores tiempos de retraso de los conductores por problemas de congestionamientos, arriba incluso de la Ciudad de México y de Guadalajara.
A la par de las condiciones descritas, los niveles de contaminación del aire en el AMM se han incrementado dramáticamente en los últimos años. Las fuentes móviles como el automóvil son el principal contribuyente de óxidos de nitrógeno (NOx) y monóxido de carbono (CO) pero aportan también material particulado (PM), altamente nosivo para la salud por su tamaño. Los congestionamientos de tráfico disminuyen la velocidad de traslado, generando mayor contaminación por estas fuentes. De acuerdo a datos del Observatorio del Aire de Monterrey, en 2020 siete municipios del AMM se incluyeron en la clasificación de las 25 ciudades más contaminadas por partículas suspendidas del país, entre estos García y Santa Catarina con los niveles más altos.
Las condiciones descritas y el desafío que anteponen representan un antecedente crítico para los impactos que se prevén de la localización de la planta ya que estos no se limitarán a ella sino que se ampliarán con el asentamiento de proveedores de insumos nacionales en su entorno. El gobierno estatal ha identificado claramente el problema de la contaminación como una de las demandas más apremiantes de la ciudadanía pero su solución no se ve inmediata y es políticamente complicada. Ante este panorama tal vez sea un buen momento para poner finalmente en práctica programas que fueron considerados y desechados en otros momentos, como son los centros de verificación y medidas como el “hoy no circula”.
Dr. José Luis Castro Ruiz
El Colegio de la Frontera Norte