¿Un futuro sin agua?

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Opinión de Roberto Sánchez Rodríguez Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 29 de octubre de 2020

Las Naciones Unidas, el Banco Mundial, la OCDE, El Foro Económico Mundial y otras organizaciones internacionales consideran la gestión del agua un elemento central en las oportunidades de crecimiento económico y el bienestar social actual y futuro de las sociedades, y para la conservación de valiosos ecosistemas. Esas organizaciones identifican la crisis del agua como uno de los temas prioritarios para el siglo XXI. Las razones detrás de esta preocupación son claras. Más de la cuarta parte de la población del planeta vive en regiones con alto estrés hídrico. Existen 286 cuencas de agua transfronteriza compartidas por 151 países y los conflictos entre países por el acceso a esos recursos de agua es un riesgo latente en diversas partes del planeta. La competencia por el control de los recursos hídricos es también fuente de conflictos al interior de los países. La situación a futuro es igualmente preocupante. Los últimos reportes del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático muestran que la crisis actual en la disponibilidad y la calidad del agua se agravará en las próximas décadas al considerar el impacto del cambio climático, en particular en las regiones áridas y semiáridas.  

La situación del agua en el norte de México presenta ya condiciones de estrés similar a las de otras regiones áridas.  El caso de Baja California es particularmente importante.  La Península de Baja California es la segunda región hídrica con menor disponibilidad de agua renovable por habitantes por año (ARh) en el país, sólo detrás del Valle de México. La baja disponibilidad de ARh en Baja California se debe a que es una de las regiones con menor precipitación anual en México (176 mm/año). Los datos de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) muestran una disminución del ARh para el período del 2000 al 2015 de 1047 a 858 m3/ habitante/año en el estado de Baja California. La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales considera una condición de estrés hídrico una disponibilidad de agua inferior a 1700 m3/habitante por año, y una menor a 1000 m3/habitante/año como extremadamente baja. Es decir, la disponibilidad de ARh en el estado de Baja California es ya extremadamente baja. 

La pregunta obligada ante estos datos es qué acciones se deben tomar para evitar una mayor crisis de agua en el estado. Existen dos referentes, el Programa Hídrico Regional Visión 2030 de la Península de Baja California de la CONAGUA del 2012, y el Programa Hídrico del Estado de Baja California Visión 2035 del 2016, actualizado en 2018. Los dos documentos identifican una brecha hídrica entre la oferta y la demanda de agua en el estado y estiman que esa brecha se incrementará en sus horizontes considerados, 2030 y 2035, respectivamente. Es importante señalar que el Programa Hídrico Regional de CONAGUA no toma en cuenta el impacto de cambios en el clima en la disponibilidad de agua en la región, y que el Programa Hídrico del Estado de Baja California Visión 2035 reconoce en términos generales que el cambio climático tenderá a agravar esa brecha en las próximas décadas, pero proporciona pocos detalles de cómo ese impacto afectará la disponibilidad futura del agua en el estado. 

Sin entrar en detalle de los problemas en el manejo del agua, me limito a mencionar algunos aspectos generales. Los recursos hídricos superficiales en el estado de Baja California están asociados al agua que México recibe del Río Colorado a través del Tratado Binacional de 1944 (1,850 hm3 anuales); por su parte, varios de los recursos de agua subterránea en el estado se encuentran sobreexplotados, otros tienen problemas de intrusión de agua de mar y algunos presentan problemas de salinización. Esta situación es particularmente crítica en la zona costa del estado. Otros problemas importantes en el manejo actual de los recursos hídricos en el estado de Baja California son la sobreasignación de los derechos de uso de agua por encima de los recursos hídricos disponibles, y el manejo poco eficaz del agua en el sector de la agricultura, el cual constituye el sector con mayor consumo, con mayores pérdidas y con menor productividad.  

¿Qué evidencias existen de que Baja California puede enfrentar una severa crisis de agua en las próximas décadas?  Un primer referente es la sequía que afecta el suroeste de Estados Unidos y el noreste de México durante los últimos años. La sequía afecta la cuenca del Río Colorado, fuente principal de agua en el oeste de Estados Unidos y en el estado de Baja California. El posible impacto del cambio climático en la Cuenca del Río Colorado se ha estudiado desde hace dos décadas. Un estudio que analiza el impacto de la actual sequía considera que la integridad hídrica en esa cuenca está seriamente comprometida. Otro estudio sobre el posible impacto del cambio climático en la parte alta del Río Colorado reporta que los modelos sugieren variaciones en el flujo del agua causadas por una reducción en la precipitación y un incremento en la temperatura. El estudio sugiere que la reducción de agua en las presas a lo largo de la cuenca puede ser significativa debido a una combinación de factores. Un tercer estudio reporta que la región de la cuenca del Río Colorado ha estado bajo estrés hídrico debido a una condición de sequía extrema y prolongada desde el año 2000. Por otro lado, un estudio prevé́ mega sequías causadas por el cambio climático, lo cual afectará en las próximas décadas buena parte del oeste de Estados Unidos y el Noroeste de México. Es importante mencionar que los siete estados que comparten la cuenca del Río Colorado en Estados Unidos firmaron un Plan de Contingencia para la sequía en esa cuenca en el 2017. El plan establece reducciones proporcionales en el agua que cada estado recibe. México se compromete a respetar ese acuerdo a través de la minuta 323 de la Comisión Internacional de Límites y Aguas y puede ver reducida la cantidad de agua que recibe de esa cuenca. El Plan de Contingencia entró en vigor en 2019 después de 19 años de sequía en la cuenca. 

Otro referente proviene de un estudio reciente del Colegio de la Frontera Norte que analiza la vulnerabilidad de la gestión del agua en el contexto del cambio climático en Baja California.  Los resultados del estudio muestran que, al proyectar la tendencia actual en la disponibilidad de ARh mencionada al inicio de este artículo, ésta disminuye a 717 m3/habitante/ año en el 2030 y a sólo 625 m3/habitante/año en el 2050. Al tomar en cuenta los escenarios de cambio climático usados por el estudio, la disponibilidad de ARh puede reducirse aún más a 612 m3/habitante/año en el escenario más optimista en el 2050 y a sólo 562 m3/habitante/año en el escenario más negativo. El estudio muestra que el manejo de los recursos hídricos en el estado de Baja California es un serio problema que se agravará en el futuro. 

Ante estas evidencias, es pertinente preguntar cómo podemos prepararnos para evitar los peores escenarios de un futuro sin agua. Es importante tomar en cuenta que el modelo usado para el manejo del agua hasta ahora está basado en incrementar la oferta a través de la búsqueda de nuevas fuentes de agua, sin tomar en cuenta otras alternativas para cubrir la demanda y sin crear esquemas de gestión sostenible del recurso. El futuro del estado depende en buena medida de qué tan eficaces sean las acciones en ese sentido y cuánto tiempo tomará empezar a trabajar en ello.

Dr. Roberto Alejandro Sánchez Rodríguez

El Colegio de la Frontera Norte

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